Desde final de febrero de 2021, se incrementaron las precipitaciones en el occidente, sur y centro del país, extendiéndose progresivamente a algunas zonas de la región Caribe, de una forma si se quiere atípica, pues se han registrado cantidades altas para la época y un poco generalizadas. Han llegado de forma "tempranera" las lluvias en diversas áreas del territorio nacional, situación que ha puesto nuevamente sobre la mesa la ocurrencia del Fenómeno La Niña 2020-2021.
Si bien, es un evento que alcanzó una intensidad moderada durante noviembre-enero, su influencia en el territorio colombiano se pudo "sentir" con más fuerza en ese primer mes del periodo referido, coincidiendo con una actividad notoria de ciclones tropicales, es decir, que se juntaron algunos factores para tener lluvias excesivas en amplios sectores del país. Sin embargo y cuando muchos esperábamos un diciembre y enero más nublados, con temperaturas menos altas e inclusive algunas lluvias poco usuales para la época, sin con esto querer decir que fueran a ser de tiempo predominantemente lluvioso, tuvimos unas condiciones bastante secas, contrastando con lo que normalmente sucede en un episodio Niña.
Lo anterior, evidencia que las incertidumbres frente a lo esperado en materia de clima son cada vez mayores, siendo notorio que las condiciones climáticas previstas a 1, 2 o 3 meses no solo dependen de los Niño/Niña. En ese sentido, se requiere establecer relaciones con otros fenómenos de variabilidad climática y sistemas meteorológicos de corto plazo (1 a 10 días), con el fin de generar indicadores con mayor detalle.
Se ha puesto de manifiesto, el craso error en el que se incurre al emitir conceptos a priori, en relación con la aparición de los fenómenos Niño/Niña, lo que sin duda repercute en pérdidas para diversos sectores productivos. Se requiere más estudio e investigación, con el fin de mejorar la precisión frente al cómo y en dónde, lo que infiere mayor y mejor calidad de datos, algo que es necesario revisar y asegurar, pues es claro que sin datos, se limita cualquier tipo de estudio lo que al final se traduce en más incertidumbres.
Ya en la fase de decaimiento de La Niña, las precipitaciones de este comienzo de marzo han “empatado” con el inicio de la temporada de lluvias en departamentos andinos, incrementándose también en región Pacífica, en el centro-sur de región Caribe y en algunas zonas de Orinoquía-Amazonía. Se prevé un marzo con excesos en diversas zonas del país, estimando que en abril se extiendan a buena parte de la costa Caribe, con excepción del norte de La Guajira y del litoral de Magdalena, Atlántico y Bolívar en donde podrían presentarse las menores cantidades. Desde ya se recomienda activar todas las acciones de contingencia ante la temporada de lluvias que alcanzará su pico en abril-mayo (y en junio-julio para diversas zonas del oriente), con consecuentes incrementos en la humedad de los suelos, lo que sugiere una mayor probabilidad de crecientes súbitas, movimientos en masa y avenidas torrenciales. De igual forma, aumentará la frecuencia de rayos, así como la ocurrencia de granizadas y vendavales localizados. ¡Nos debemos preparar!
*Meteorólogo VIDEOCLIMET