Desde julio de 2020 en este mismo espacio escribíamos sobre la probabilidad de un fenómeno Niña; posteriormente hacia final de agosto, señalamos que Estados Unidos y Australia como dos referentes frente a la predicción indicaban ya una alerta (60-70% de probabilidad), dadas las señales océano-atmosféricas en el Pacífico tropical. Por esa misma época, en rueda de prensa Minambiente e IDEAM algo dejaron entrever sobre el tema.

Infortunadamente el país no cuenta con un indicador para determinar la ocurrencia de los fenómenos Niño Oscilación del Sur (ENOS), por lo cual, es necesario recurrir al Índice Oceánico El Niño (ONI, por sus siglas en inglés) desarrollado por el Centro de Predicción del Clima de los Estados Unidos (CPC/NOAA), para establecer su inicio y final, y a su vez, para determinar qué tan intenso ha sido. Una limitante del ONI es que por ser producto de un análisis trimestral, el conocimiento de su valor más reciente muestra cierto rezago; por ejemplo, para conocer el ONI de abril/2021, se analizan datos de marzo-abril-mayo, lo que implica esperar a que se acabe mayo.

Teniendo esto en cuenta, solo hasta comienzos de octubre de 2020 “nos enteramos” que efectivamente La Niña había comenzado en agosto, algo que es difícil de digerir, pero repito es propio del indicador. Con base en el mismo, se determinó una intensidad moderada del fenómeno entre octubre/2020 y enero/2021, coincidiendo su “pico” en el mes de noviembre, con la intensificación de ciclones tropicales en el mar Caribe.

Recientemente, el CPC ha indicado que el Fenómeno La Niña 2020-2021 llegó a su final. El valor del ONI de abril se conocerá a comienzos de junio y muy seguramente estará dentro del umbral de la Niña; por ello, la historia dirá que estuvo presente entre agosto/2020 y abril/2021.

En el balance de precipitación, durante su “existencia” se presentaron en general algunos excesos, sin embargo y de forma afortunada, no fueron considerables para ser un evento moderado. Hemos visto en las últimas semanas algunas emergencias asociadas a la temporada regular de lluvias, lógicamente influenciada por esa Niña, lo que ha dado lugar a que tengamos suelos con mayor humedad, niveles altos en diferentes ríos del país y en general una propensión significativa a inundaciones, deslizamientos, crecientes súbitas y demás.

Frente a la influencia de los fenómenos Niño/Niña en el clima del país la brecha en el conocimiento aún es grande. Mientras se desconozca la interacción de un ENOS con otros fenómenos de variabilidad climática y no se sopese en cierta forma una mayor influencia de uno u otro en las condiciones climáticas del país, seguiremos esperando un efecto “general” que tal vez ha cambiado o simplemente no hemos profundizado. En esa medida, continuarán nuestras dudas, así como la falta de mayores elementos de juicio para la toma de decisiones a nivel sectorial y territorial.

En cuanto a la proyección para los próximos meses, dadas las condiciones recientes en el Pacífico tropical y la baja predictibilidad que suelen tener los modelos para ésta época del año, es muy conveniente sumarnos a lo que sugiere el CPC: “condiciones neutrales para los próximos meses”. Por ahora cualquier cosa diferente es especulación.

*Meteorólogo Videoclimet