Solo una proporción muy pequeña del agua en la superficie terrestre, es la que determina procesos atmosféricos y climáticos, fundamentales en el desarrollo de la vida, pero a su vez, la que condiciona emergencias y desastres de diversa índole, sin perder de vista, la desordenada expansión urbana y proyectos económicos en cierta forma avasalladores, que han propiciado la ocupación de espacios que le pertenecen a los cuerpos de agua.
Desde hace varios años, hemos venido advirtiendo la necesidad de evitar hablar de temporada “seca” de mitad de año, pues aunque históricamente entre julio y mediados de septiembre existen zonas andinas en donde suelen disminuir las lluvias, no lo es así para otras áreas del país. Por ejemplo en muchas zonas de la región Caribe, con excepción de algunos lugares del norte, es una época en la que normalmente llueve en cantidades moderadas, inclusive hay municipios del suroccidente en donde las precipitaciones se mantienen constantes en el periodo referido. En la Orinoquía y la Amazonía se alcanzan los máximos de lluvia en junio y julio en muchos de sus municipios, mientras que en la Pacífica, aunque hay zonas del sur en donde las lluvias disminuyen, presentan volúmenes moderados, siendo muy altos en el centro y norte de la región.
Por lo anterior, para muchos territorios y sectores es difícil concebir hablar de temporada seca en ésta época del año. Y razón tienen! Más aún cuando las señales de variabilidad climática y cambio climático son cada vez más evidentes a nivel mundial.
Junio fue excesivo en buena parte de los departamentos andinos, así como en algunas zonas de la región Pacífica. En julio, las ondas tropicales que transitan por el Atlántico y entran al Caribe, han tenido una mayor frecuencia y actividad en su paso por nuestro país. Adicionalmente, el ingreso de humedad desde la Orinoquía-Amazonía ha sido constante. Los vientos en altura han favorecido la inyección de humedad desde las costas del Pacífico, con lo cual se tienen los ingredientes suficientes para tener un julio que ha sido lluvioso en diversas zonas del país, con excepción de algunas áreas de Huila, Cauca y norte de Córdoba en donde se han registrado algunos déficits.
Con este panorama ha disminuido la amenaza por ocurrencia de incendios forestales, pero se ha favorecido la saturación de agua en los suelos, en una época en la que normalmente es mucho menor. Ésta situación ha incrementado la amenaza por inundaciones, crecientes súbitas, deslizamientos de tierra y avenidas torrenciales, lo que mantiene en alerta a diversos municipios del país.
Preocupante? Si, en la medida que sigamos teniendo esos patrones meteorológicos que favorecen el tiempo lluvioso. Será importante conocer la predicción climática del IDEAM para agosto y septiembre, con el fin de que se establezcan acciones preventivas sectoriales y territoriales, en donde se identifiquen condiciones de vulnerabilidad y consecuente riesgo. Entrando en agosto, inquieta que continúen altos niveles en los ríos y en la humedad de los suelos, pues entre mediados de septiembre y mediados de diciembre, se presenta históricamente la segunda temporada de lluvias en región Andina, siendo notorio el aumento también en región Caribe.
* Meteorólogo VIDEOCLIMET