Desde hace casi 3 meses, señalamos la probabilidad de que se presentara un fenómeno Niña en el último trimestre del año. Ante la rápida evolución hacia el enfriamiento en el océano Pacífico tropical (que es la zona en donde se desarrolla el fenómeno), la Administración del Océano y de la Atmósfera (NOAA), en asocio con el Instituto de Investigación del Clima y la Sociedad (IRI), señalan en su informe más reciente que La Niña está presente.

Históricamente un fenómeno de este tipo, implica excesos de precipitación, especialmente en sectores de regiones Andina, Caribe y Pacífica. Sin embargo, dicha influencia está supeditada, no sólo a la intensidad con que se presenta el fenómeno, sino a su vez a la presencia de otros fenómenos de variabilidad climática que pueden inhibir su incidencia.

La proyección de modelos indica que el evento será débil y que su duración será corta, estimando que aproximadamente en abril de 2022 estaría finalizando.

De acuerdo con el Índice Oceánico El Niño (ONI), se han presentado dos meses bajo el umbral de Niña. Cabe mencionar que por ser un indicador trimestral presenta cierto rezago, razón por la cual, solo conocemos hasta ahora los valores de agosto y septiembre, mientras que el de octubre se conocerá a comienzos de diciembre. Ahora, el ONI no solo es utilizado en los Estados Unidos, sino también en muchas de nuestras naciones, incluida Colombia, para establecer la ocurrencia, duración e intensidad del fenómeno. Ante la ausencia de un indicador para establecer un Niño/Niña, debemos “alinearnos” constantemente a lo que diga NOAA-IRI.

Siendo octubre un mes históricamente lluvioso, se registraron excesos de precipitación, lo que dio lugar a algunas emergencias. Dicha tendencia fue similar durante los primeros días de noviembre, pero a partir de la segunda semana, se ha registrado predominio de condiciones secas especialmente en sectores de la costa Caribe y de Orinoquía, lo que en cierta forma deja dudas frente a la incidencia real que pueda dejarnos este evento ya oficializado por NOAA, más aún cuando en el año anterior para esta misma época, se presentaba una Niña moderada que finalmente tuvo una incidencia mínima y si se quiere nula.

Desde nuestro país se vienen adelantando algunas estrategias para acercarnos en cierta forma al conocimiento del clima del territorio nacional y los fenómenos de corto y mediano plazo, que inciden para alterar su ciclo "normal". En ese sentido, en días pasados, en el marco de la fallida COP26, se lanzó el Conpes de variabilidad climática (VC), una estrategia en la que participaron diversas entidades del orden nacional, en la búsqueda de mayores elementos que aporten al conocimiento de los diferentes fenómenos de VC que inciden para tener excesos o déficits de precipitación.

Siendo una política pública con una limitada inyección de recursos, es complejo pensar en que se pueda fortalecer el monitoreo meteorológico y climático del país, así como la investigación en función de una mayor certidumbre como insumo para la toma de decisiones de sectores y territorios. ¡No debemos perder de vista que la necesidad puntual es esa y que a partir de allí podemos entrar a establecer efectos e impactos de esa VC… no pensemos al revés!

Meteorólogo VIDEOCLIMET