La temporada de ciclones tropicales en el Océano Atlántico, mar Caribe y golfo de México ha finalizado y es conveniente hacer un recuento de la misma y lo que nos deja como lecciones aprendidas. Inicialmente, debemos recordar que la temporada oficial de ciclones tropicales va del 1 de junio al 30 de noviembre, toda vez que en dicho periodo se han presentado más del 95% de todos los eventos en la historia.
En mayo, cuando el Centro Nacional de Huracanes de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NHC/NOAA por sus siglas en inglés) y otros referentes como la U. de Colorado, pronosticaban una temporada de ciclones tropicales por encima de los promedios, hubo cierta sensación de angustia pensando en que fuese similar a la de 2020, más allá de que los especialistas en el tema indican que no se esperaba que fuese tan activa como la del año anterior.
El pronóstico del NHC indicaba una mayor probabilidad de tener 13 a 20 ciclones tropicales con nombre (tormentas tropicales) de los cuales 6 a 10 se podrían convertir en huracanes, siendo 3 a 5 probablemente huracanes mayores (categorías 3, 4 o 5).
Hacia final de mayo, antes de comenzar oficialmente la temporada, ya teníamos un primer evento que presagiaba que el pronóstico iba en el camino del acierto. Preocupante en su momento. Más aún cuando en el 2020, la temporada nos recordó que estamos en el “camino” de los ciclones tropicales y que aunque no ha sido notoria la frecuencia histórica de eventos en nuestros territorios, esto no implica que puedan aparecer algunos eventos tan impactantes y destructivos como lo fue IOTA.
A final de septiembre, ya teníamos 20 de los 21 nombres de la lista oficial, situación que daba cuenta de una temporada muy activa, ante lo cual muchos pensamos que se tuviese que recurrir por 3ª vez en la historia a la lista complementaria. Por fortuna, octubre no fue tan activo como suele ser y solamente hacia el final del mes se desarrolló el último ciclón tropical de la temporada y de la lista oficial; habiendo desaparecido el tránsito de ondas tropicales, noviembre fue de trámite.
De esta forma, podríamos advertir que en el ranking por presencia de sistemas, la de 2021 se convierte en la 3ª temporada de la historia. No obstante, se destaca la nula formación y/o tránsito de ciclones tropicales en el centro y occidente del mar Caribe. Para el territorio colombiano afortunadamente no se ha presentado una incidencia significativa de efectos indirectos y menos aún de forma directa. Solamente la tormenta tropical Elsa, en su punto de mayor cercanía a la península de La Guajira, influenció de manera indirecta las condiciones de lluvia registradas en la costa Caribe, el sábado 3 de julio, particularmente en municipios como Santa Marta y Puebloviejo (Magdalena), así como en Valledupar, Curumaní, Chiriguaná y El Paso en el Cesar, entre otros.
Las medidas de preparación, así como todo lo que se pueda hacer frente a la mitigación, son fundamentales y amortiguan en cierta forma el impacto negativo, en los territorios que históricamente han sido impactados por los ciclones tropicales. Por este año, el final es feliz, pero no debemos bajar la guardia y tampoco olvidar tan fácilmente.
Meteorólogo VIDEOCLIMET