Días previos a su posesión, William Dau publicó un comunicado en su red social de Facebook en el que hacía referencia a la crisis económica que enfrenta Cartagena y concluía que por esta razón no entregaría 780 millones de pesos que comprometió la Administración del saliente Pedrito Pereira a la Fundación Salvi para la realización del Festival de Música. El alcalde Dau, sin embargo, invitó a hacer donaciones a dicha fundación para contribuir con la realización del evento.
No se sabe por qué, pero el Consejo Gremial de Cartagena fue quizá el primero en reaccionar. La corporación salió al paso en su cuenta de Twitter mostrando su preocupación porque -según- este tipo de respuestas pueden restarle incentivos (“desincetivar” dijeron) a eventos de talla mundial, que en este caso la Administración Distrital solo tendría que poner el 8% del costo total del festival (los irrisorios 780 millones), que desestimar la inversión en eventos culturales de esta envergadura es retroceder en la apuesta de la ciudad y del gobierno nacional para la dichosa economía naranja, y que a dos días del inicio del evento es inconveniente “desestabilizar” al Festival de Música acudiendo a donaciones.
No se sabe qué es más inquietante: Qué tiene en la cabeza Pedrito Pereira que compromete una plata sobre la que él no tiene ninguna ingerencia. ¿Pensaba el ex alcalde acaso que él -o los suyos- seguirían en el poder después del 31 de diciembre?. Qué tienen en la cabeza los empresarios Salvi, que iniciando un gobierno dan por hecho que cuentan con 780 millones de pesos así como así. ¡780 millones de pesos de recursos públicos del Distrito! Cómo dan por hecho que un Alcalde que recién llega les diría que sí, sin negociarlos, sin gestionarlos, sin saber si su proyecto compagina con las prioridades del nuevo gobierno.
Cartagena no puede seguir siendo la tarima de los espectáculos suntuosos que creen que le dejan algo a la ciudad porque contratan músicos mal pagos, llenan habitaciones de hoteles, y un largo etcétera de personas que viven de la economía informal rodean las funciones a cambio de ganarse unos pesos para salvar el día. Los festivales internacionales pueden ser bienvenidos si finalizamos esa relación de subordinación en la que el Distrito tiene que empeñar sus vísceras entregándoles recursos millonarios mientras les suplica que no se vayan de aquí. Si a estos eventos no se les da la vuelta, seguirán contribuyendo con la marginación y el clasismo: Unas señoras muy finas deleitandose con La Camerata de Salzburgo a 480 mil pesos la boleta en el Hotel Santa Clara y un pueblo entero al margen, sintiendo que la ciudad no le pertenece.
Algunos – y no lo digo necesariamente por el Festival de Música- le llaman cultura a lo que en realidad son solo negocios del mismo capitalismo depredador que enriquece a unos pocos y hunde a las ciudades en la miseria. Es una pena que el Consejo Gremial esté preocupado por lo inconveniente de desestabilizar el evento de la Fundación Salvi. La única obligación de un mandatario es intentar estabilizar la ciudad, para eso fue elegido.
@ayolaclaudia