En medio de la creciente preocupación por los altos costos y la mala calidad del servicio de energía en la costa caribe, es evidente que las peleas y los gritos desesperados de los políticos en redes sociales no han logrado solucionar el problema. Por el contrario, las condiciones han empeorado: los precios siguen subiendo sin misericordia y persiste la deficiencia en el servicio. Pagar un 50% más por KWh que el resto del país, afecta de manera directa la capacidad de consumo de los hogares costeños e impacta negativamente la competitividad de la región.

Mientras dependamos de empresas que no sientan el calor sofocante de la costa, no veremos luz al final de este abrumador túnel. Es paradójico que el Caribe colombiano tenga una radiación solar por encima del promedio mundial y, sin embargo, dependamos de otras regiones para satisfacer nuestras necesidades energéticas. Ha llegado el momento de explorar nuevas estrategias para enfrentar esta situación y abrir paso a un enfoque más sostenible. Más paradójico aún, resulta que este gobierno hable de transición energética y que haya subido el impuesto a las energías renovables del 1 al 6 %. En la práctica eso es ponerle impuesto al sol que nos alumbra y al aire que respiramos, pero eso es tema para otra columna.

Una solución al alto costo y al mal servicio de la energía, reside en la creación de empresas de naturaleza mixta, donde el sector público y privado se unan para construir parques solares a gran escala capaces de generar, trasmitir y comercializar energía para la región. El recién aprobado Plan Nacional de Desarrollo podría ser la clave para el cambio de paradigma. Se ha aprobado una disposición que permite a una empresa generadora también distribuir o comercializar energía, siempre y cuando provenga de fuentes renovables no convencionales, como la energía solar o la eólica.

“Nihil Novum Sub Sole”, expresión latina que significa “Nada nuevo bajo el sol“. Por mas novedosa o distante que parezca esta idea, las sociedades con capital público y privado han demostrado tener gran éxito en Colombia, este es el caso del Grupo de Energía de Bogotá y de EPM, propietario de Afinia.

Resulta frustrante ver cómo le adicionan, al embeleco de nunca acabar que es el Metro de Bogotá, 17 billones de pesos para que ahora sea subterráneo. La mitad de dicho presupuesto sería suficiente para construir y adquirir las redes de transmisión necesarias para generar y consumir nuestra propia energía. Ni que hablar de la decisión de EPM de congelar las tarifas de energía en lo que resta del año en Antioquia, mientras en la costa aumentan mes a mes; el niño llorando y la mamá que lo pellizca.

El llamado es a la unión de toda la costa caribe, a pensar y soñar en grande, para que en los próximos 4 años se haga realidad un sueño llamado NECC, Nuevas Energías de la Costa Caribe. Un conglomerado de empresas del Caribe que tenga la capacidad de generar la suficiente energía para el consumo propio y para la exportación de excendentes a Centro America.

@Daviddelae