Muchas veces en los tramos de la vida, nos topamos con situaciones que no deseamos. Estas situaciones se hacen difíciles de sortear o de manejar, sin embargo, estas se convierten en un generador de nuevos patrones y nuevos comportamientos, en pocas palabras nos reinventan. Estas, por más difíciles que parezcan, ciertamente pasarán aunque parezcan eternas.
Cada vez que este tipo de acontecimientos aparecen en nuestra vida, siempre contamos con una voz interior que nos habla nuestra verdad, que nos enmarca y nos guía, llevándonos exactamente a donde deseamos estar.
Desafortunadamente, en medio de la agonía, apagamos esa voz interior que está dispuesta a revelarnos lo que realmente compete y lo que realmente es cierto. Sé que te han enseñado que la realidad es lo palpable, lo que puedes tocar pero no hay nada más alejado de la propia realidad.
La realidad es lo que asumes como tu verdad, a lo que le das poder y el control de tu vida. Cuando algo que no deseas en tu vida sucede, esta situación te confronta, poniéndote entre dos opciones: Tu verdad o la verdad de otro (o la verdad del exterior).
Si te identificas con lo que ves, perdiste, estás concediendo la vida a esa situación que tú no pediste, la estás asumiendo como tú “verdad”. Por tanto, le estás quitando el poder a lo que tú has escogido para ti y se la estás dando a una verdad impuesta, o mejor dicho autoimpuesta, porque tú mismo has decidido ser tu propio verdugo, tu propio carcelero, tu propio castigador.
El peor castigo no es el de un Dios que te manda lo peor por tus acciones, el peor castigo es el de aquel que sabe que haciendo lo mejor está esperando lo peor, porque las circunstancias le muestran "lo contrario”.
Por más paradójico que suene, cuando esto sucede, alégrate, como lo dije en mi columna anterior, es la antesala de que lo que pediste viene.
Todo lo que frustra y no se te da con facilidad, es exactamente lo que estás destinado a hacer. Es precisamente allí donde estás destinado a estar y a ayudar a los demás a través de tus dones y talentos. Porque lo que estás aprendiendo de esa situación es para posteriormente ayudar a otros a salir de estas. Estás destinado a hacer columna de bendición para aquellos que están pasando por situaciones similares a las que ya tú pasaste.
Tu capacidad de recibir, tu amor propio y aceptación de tu identidad “Yo soy”, es lo único que necesitas para hacer tus sueños y metas una realidad. Lo que aceptas es lo que se manifiesta, por eso, decidir y aceptar es lo único que necesitas para hacer tus sueños realidad. El aceptar que la vida de tus sueños es posible para ti viene directamente con el amor propio.
Quien se ama espera lo mejor y no hace parte de menos de lo que merece.
Cada vez que una situación negativa aparece en tu vida, te está preguntando que eliges para tu vida: Sí tu visión interna que es la única verdad, o la “realidad” externa impuesta por otro, o conceptos de otros o conclusiones de vida de otros.
Si estudiamos la física cuántica, la “realidad” que de real no tiene nada, es un conjunto de átomos agrupados de acuerdo con quien los observa. No es ficción, es ciencia. Estos se agrupan de acuerdo con lo que el observador quiere ver para hacer real la visión del mismo. En pocas palabras, la realidad no es lo que sucede sino lo que la persona es. Si nos vamos a la religión, es lo que la Biblia llama el alfarero. Que no es más que aquel que le da forma a la energía que crea lo que eres y eso es lo que veras (En la Biblia la realidad es la vasija a la cual el alfarero le da forma) de acuerdo a lo que observa el que está moldeando la realidad (El observador) Lo único real es lo que el observador quiere ver, todo es subjetivo.
La realidad es lo que tú eres porque lo único que existe eres tú, el YO SOY. Las cosas sin ti no podrían existir, solo tú existes y das vida a lo demás, porque la vida sucede a través de ti no fuera de ti.
Lo peor del caso es que cada vez que te quejas, estás eligiendo eso como cierto, te estás diciendo a ti mismo “Esta es mi verdad, esta es mi realidad”.
Y tú me dirás que llevas años en una situación y que no has podido salir de ella. Me preguntaras ¿Cómo puedo saber que esta vez será diferente? Dos palabras: Auto Concepto y amor propio. Por eso elegir y aceptar es hacer tus deseos realidad. Elige hoy la vida de tus sueños, enfócate solo en esa opción y acepta que es posible para ti, elige que es posible para ti.
Tu tiempo es hoy y si fluyes es para saber que la corriente te lleva exactamente donde tú deseas estar. Como dice la Biblia: “Para darte el fin que esperas”. ¿Cómo? Viéndote como la persona que es suficientemente capaz de lograrlo esta vez porque tienes tanto amor por sí mismo que sabe que cuenta con las capacidades y ya no es la misma persona que rechazaron en el pasado. Ha crecido y se ha hecho mejor.
La vida no te somete, la vida te empodera. Tu tiempo es hoy, el tiempo perfecto no existe, solo existe el hoy.
Hoy es el día de hacer tus sueños realidad, solo lo tienes que aceptar y no pelear contra ello. El único tiempo perfecto es hoy, pero ese es el tema de mi próxima columna.
@dianneschiller