La omisión, así como el dejar hacer y dejar pasar; el silencio, la indiferencia y el ‘no me importa’, ayer, hoy, aquí y ahora, demuestran que el individualismo es cada día más fuerte. Por tanto, las acciones comunitarias se están perdiendo poco a poco.
Hay datos y estadísticas que explican lo anterior y sorprenden; también demuestran la existencia del ‘no me importa’ como el resultado de la sumatoria de conductas como indiferencia, apatía, insensibilidad, neutralidad, desinterés, indolencia, desgano, desprecio, desdén, etc.
Elie Wiesel, premio Nobel de Paz en 1986 y autor de una maravillosa obra titulada Todos los torrentes van a la mar, dijo que la sociedad en que le había tocado vivir estaba compuesta por tres clases de personas: los victimarios, las víctimas y los que nada les importa (indiferentes).
Wiesel murió este año, así que la sociedad que él vivió es la que hoy tenemos, en la que el ‘no me importa’ puede estar justificado por hechos como que los colombianos no leemos. Miremos: según la publicación El libro en cifras, de diciembre de 2014, del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), y la Encuesta de Consumo Cultural del Dane de 2014 solo leemos en promedio entre 1,9 y 2,2 libros al año. La mayoría de lo que se lee en el país es literatura, novelas y cuentos; seguido de ficción y todo lo que tenga que ver con el espíritu: religión y esoterismo.
Pero no solo leemos poco, sino que lo que leemos es prestado y regalado o forzado por el colegio o la universidad, ya que apenas el 26% de los que leen lo hacen por gusto o interés personal; el 55% no lee porque no le interesa y el 5,8% por no tener dinero.
Y aunque el acceso a Internet ha crecido en cobertura de forma vertiginosa, lo cierto es que el 88% lo usa de manera prioritaria para consultar redes sociales, y solo el 17%, para leer libros digitales. Para completar el anterior escenario, el 68,5% de los colombianos no lee periódicos.
Para demostrar más la existencia y el crecimiento del ‘no me importa’ basta con consultar la Encuesta Nacional de Salud Mental –2015, realizada por el Ministerio de Salud y Protección Social, que muestra un tamizaje de la personalidad que prima en la sociedad colombiana. Concluye que el individualismo es cada vez más fuerte y la construcción de capital social muestra bajos porcentajes, que se evidencian en que el 65,3% de personas de entre 18 a 44 años no participa en grupos; tampoco lo hace el 60,5% con edades entre 45 y 59 años.
No leen y menos participan, pero se pasean por la vida con el orgullo infinito y ególatra de que nada les importa. Es más: lo gritan y lo expresan con satisfacción. Parecería que esa conducta individual y narcisista generara resultados, ya que de otra manera no se entendería, o no se puede explicar, que esas personas se sientan cerca al Olimpo solo porque el ‘no me importa’ lo tienen a flor de piel.
Por culpa de ese ‘no me importa’ siguen afectando el medio ambiente; se roban la Ciénaga Grande; violan las normas de tránsito con miles de víctimas fatales; la violencia contra las mujeres en manos de cobardes no cesa; persiguen a las personas por razones de género y, lo peor: las víctimas de una violencia o de una guerra que hemos vivido siguen pendientes de que victimarios y otros actores les entreguen la paz que por derecho les y nos pertenece.
@clorduy
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