Casi despidiendo el primer mes del año, ya estamos preparándonos con ilusión para la celebración de los 75 años de la fundación de las Naciones Unidas. Su Secretario General, el entusiasta António Guterres está abriendo una expectativa mundial para dar una mirada retrospectiva e iniciar una gran conversación mundial sobre el papel que cumple este organismo en la construcción del futuro que queremos. El anuncio ha despertado el interés internacional. Las ONGs actualizan sus centros de estudio, y agentes de todo el mundo empiezan a difundir los coloquios y las iniciativas de ONU75 en nueve idiomas.

Esta carta de paz que lleva a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, está celebrando 75 años. Un período de tiempo que le da consistencia a la razón poderosa por la que fue escrita: abarcar la aventura humana de que todos los hombres, mujeres y niños vivamos bajo un manto de solidaridad, de inclusión. De hablarnos de tú a tú, como seres de un mismo origen que comparten ideales, experiencias y por sobre todo, la convicción de que todos somos iguales y nos necesitamos mutuamente.

La carta impone la obligación de todos los seres humanos de ser tolerantes y convivir en paz los unos con los otros como buenos vecinos. Y según su Secretario General “todos somos seres humanos con la necesidad de sentir que no estamos solos, que en algún rincón, siempre, puede encontrarse el eco de un corazón latiendo y la seguridad de una mano amiga para cruzar algún mar, escalar una montaña y reposar en la llanura abierta de algún valle que, no por poético, deja de ser difícil y sacrificado el alcanzarlo”.

Se están cumpliendo 75 años de las Naciones Unidas: la realización y proclamación de una de las instituciones creadas con la más buena fe y que a pesar de las tibiezas en algunos momentos, sigue en pie manteniéndose en las situaciones más duras y conflictivas, desde entonces hasta la actualidad. Mirando atrás, se llega a valuar las acciones de los últimos Secretarios Generales que han supuesto el baluarte del respeto humano y concordia en la geografía universal y que ha marcado un hito este último período de la historia contemporánea, partiendo de los tres últimos: Boutros Boutros-Ghali, Koffi Annan, Ban Ki-moon y António Gutérres, en la actualidad. Detrás de las obras están las personas. Y vale la pena recordar a unos hombres de un mundo de entre guerras que soñaron solaz de paz.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un documento que marca un hito en el Derecho de la Humanidad. La redactaron representantes de todas las regiones del mundo. De diferentes culturas y diferentes tradiciones jurídicas. En París, un 10 de diciembre de 1948, se estableció por primera vez que hay derechos humanos fundamentales que se deben proteger universalmente. Desde su aprobación, hace 75 años, se ha traducido a más de 500 idiomas. Es el documento más consultado del mundo y ha servido de base a la creación de Estados independientes y nuevas democracias. En la actualidad está al frente de esta entidad el portugués António Guterres. En su haber, el sufrimiento de las personas más adoloridas y vulnerables del planeta que en los campamentos de refugiados y zonas conflictivas, con su risa clara y campechana, se esfuerza en seguir manteniendo la enseña de paz que simboliza el ser Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados. Feliz aniversario de esta humana institución. Una gesta de paz.