A la dirección nacional de Fenalco parece, una vez más, no importarle la salud, libertad y derechos de los colombianos. Tienen un discurso para todos los temas y otro diferente para el Día Sin IVA. Solo buscan la plata de los que se vacunaron; y de los que no. Su poder como fuerza social se impone por encima de los demás logrando que en todas partes se exija carné digital de vacunación, menos el Día Sin IVA, cuando esta actividad conlleva aglomeraciones, multitudes y cero distanciamientos. Fenalco coloca el poder político y el gobierno al servicio de su poder económico. Esto nos manifiesta muy bien qué país y qué democracia tenemos, y cómo esta última funciona especialmente “bien” a favor de pocos.

Instituciones públicas y particulares y ciudadanos exigen que nos comportemos de la misma manera como si todos tuviésemos las mismas condiciones y oportunidades. Es de la discrecionalidad y libertad de cada uno decidir si se vacuna o no. Pero al mismo tiempo también es claro que quien no se vacune tiene responsabilidades con los demás, que debe asumir. En ese sentido, se pueden y deben colocar medidas restrictivas y obligaciones que no riñan con la libertad, ni que atenten contra derechos sociales y políticos fundamentales por no portar un carné de vacunación, como recibir servicios, desplazarse o asistir libremente a cualquier actividad humana. Siempre ha sido difícil ejercer la libertad y proteger a todos al mismo tiempo.

En Colombia para unas cosas se exige el cumplimiento de medidas de bioseguridad, pero para otras no, como fue el caso del Dia Sin IVA en 2020 con gigantescas aglomeraciones en los momentos de mayor contagio. Ahora nuevamente (2021) y sin ningún pudor se plantea que para los días sin IVA no se exigirá carné, lo cual no es coherente y demuestra que la salud de los ciudadanos no es lo primordial. Importa más la plata y el negocio.

Sabemos muy bien que este sistema de salud es desastroso; no solo no ha podido atender adecuadamente la covid-19, sino que, con el pretexto de la pandemia, ha abandonado el resto de los servicios de la salud. Los ha aplazado y disminuido, descuidando la salud de la población. Esto ha sido fuente de calamidades sociales y provocado la muerte de muchas personas que dejaron de ser atendidas o se atendieron mal o a destiempo. Sería bueno conocer cuántas personas (que no sean multimillonarias ni que practiquen actos de corrupción) han tenido en los últimos años numerosos inconvenientes con el sistema de salud: aplazamiento desmedido de citas médicas, cirugías suspendidas, no entrega de medicamentos, no atención de urgencias, cancelación de exámenes médicos u hospitalizaciones sin dignidad. Se paralizan servicios que son responsabilidad del sistema de salud, so pretexto de la situación del virus, pero sí se prestan si se pagan de manera particular, del bolsillo de los ciudadanos. Esta crisis es una gran oportunidad para revisar el sistema de salud.

PD. Personas de mi familia fueron vacunadas contra la covid-19 en el exterior y, a pesar de toda la cantinela y mentiras públicas, no ha habido mecanismo o poder humano para acceder al respectivo carné digital de vacunación nacional.