El segundo hecho, la nueva composición del Congreso. Y el tercero, la alta expectativa que se tiene con el nuevo gobierno, derivada del discurso coherente y articulado que se difundió durante la campaña política. Dicha coherencia se medirá con la que manifiesten los nuevos ministros y altos funcionarios, quienes deberán dar cuenta de su convergencia con las posturas políticas y programáticas del presidente Petro, evitando una divergencia de ideas y contenidos que puedan debilitar al gobierno y su imagen.

Petro se preparó para ser presidente, pero los ministros designados no estaban preparados para serlo; ni han estado suficientemente alineados con las ideas de reforma y cambio que triunfaron electoralmente. Quienes hasta el momento han sido designados tienen larga tradición política, pero no eran muy cercanos al presidente Petro. Muchos de los alfiles mayores y cercanos a los ejes fundamentales del nuevo gobierno no provienen de la izquierda ni de sus círculos más estrechos: Ocampo, Gaviria, Cecilia López y Carolina Corcho; tampoco Prada, Roy Barreras, Benedetti, Iván Velásquez, Gilberto Murillo y Luís Fernando Velasco. Es probable que algunas piezas importantes y más cercanas a Petro jueguen, el próximo año, un papel electoral territorial destacado y necesario para la coalición Pacto Histórico. Hoy el nuevo gabinete requiere de gente con experiencia, reformista y que tranquilice a los sectores políticos y sociales potencialmente opositores al nuevo gobierno. El presidente Petro y las fuerzas políticas que representa deben pensar en el éxito de su gobierno y en la imperiosa necesidad de garantizar continuidad, en el largo plazo, de los cambios que el país requiere, especialmente para los sectores sociales más desfavorecidos. De ahí que la labor de la presidencia del Senado y de la Cámara de Representantes sean tan relevantes para el éxito del nuevo gobierno.

De otra parte, los sectores más pudientes de la sociedad y algunos partidos son e incrementarán su oposición al gobierno, al tiempo que éste no dejará de ser opositor a dichos sectores. La democracia es procedimientos e ideas. El apoyo y oposición al gobierno en el Congreso y la expectativa por las elecciones de 2023 podrían producir un realineamiento político de los partidos, movimientos y candidaturas. Todo lo anterior es especialmente cierto si tenemos en cuenta que cuanto más regional es una elección más cerrada es la competencia. Veremos si el avance nacional de las fuerzas alternativas se consolida también territorialmente.

La efectividad del gobierno dependerá del costo político que signifique mantener mayorías parlamentarias a su favor; e igualmente de los recursos fiscales que tenga el gobierno, las reformas que pueda adelantar y las próximas elecciones territoriales.

PD: La misiva de Andrés Pastrana rechazando la invitación protocolaria para la posesión presidencial es desobligante, no democrática y cínica.