Las emociones son señales en el interior de tu cuerpo que te comunican lo que está pasando. Te animo a que practiques el ejercicio que hizo Carlos.

El caso de Carlos

Carlos había estado luchando durante más de cinco años con sentimientos de dolor e ira en relación a su ex esposa. Ambos tenían la custodia compartida de los hijos. Prácticamente las veces que tenían contacto, la ex de Carlos decía algo que lo irritaba, y Carlos se pasaba los días muy enojado, imaginando lo que podría decir o hacer para vengarse.

Date cuenta de cómo te sientes dentro de tu cuerpo: a medida que Carlos observaba su tristeza, se hizo consciente de un fuerte sentimiento en su abdomen y en sus hombros. De pronto, tuvo una imagen de sí mismo llevando un gran peso.

Percibe y describe tu emoción: Surgieron las críticas: él debía ser más fuerte, no era un buen padre, se le dañó su vida. Se dio cuenta de esos pensamientos y los dejó marchar, imaginándolos como un tren de vagones de carga pasando por delante de él.

Percibe si el sentimiento está aumentando o disminuyendo, imagínalo como una ola: Carlos no luchó con la tristeza, la vio crecer y disminuir, como una ola en el océano. Se concedió el derecho a estar triste. Darse cuenta de sus juicios y dejarlos marchar se le hizo más fácil después de unas cuantas experiencias con el ejercicio.

Describe cualquier emoción nueva o cualquier cambio de cualidad: su primer incidente de exposición emocional siguió a una llamada telefónica, en la que ella lo acusó de ser un tacaño que nunca gastaba nada para los niños.

Carlos empezó a darse cuenta del efecto de esas palabras en su cuerpo. Sintió calor, con una desagradable sensación de presión en el pecho y en el cuello. Luego se describió a sí mismo su enojo. Lo sentía como algo agudo, brotando con un profundo desagrado. Había también algo más: un sentido de indefensión que parecía, según lo percibió, desesperación.

Date cuenta de cualquier impulso a actuar de acuerdo con tu emoción, pero sigue observando sin actuar: cuando la desesperación se hizo más fuerte, Carlos sintió un impulso de desconectarla, de bloquearla. Le apetecía una cerveza y empezó a planear la contestación que le iba a dar a su ex mujer. Con esfuerzo, Carlos siguió observando sus emociones, procurando no quedarse atrapado en ningún sentimiento en particular, sino manteniendo la atención en cualquier cosa que sintiera.

Percibe críticas (sobre ti mismo, los demás, la propia emoción) y déjalas que pasen:

Mientras Carlos observaba sus sentimientos, aparecieron los juicios: su ex era malvada, él había sido un idiota casándose con ella, ella le había destrozado la vida. Le costó trabajo, pero fue poniendo cada pensamiento en un vagón de carga y dejó que se alejara. Al cabo de un rato, Carlos se dio cuenta de algo que lo sorprendió: aquel sentimiento de desesperación, si él no se aferraba a sus juicios, tendía a desvanecerse.

Termina con unos minutos de respiración consciente: Carlos, ahora, empezó a centrarse en su respiración, contando y observando cada respiración. Tres minutos más tarde sentía una especie de tranquilidad, no es que fuera el mejor de los sentimientos del universo, pero al menos era algo con lo que podía convivir.

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