Esta columna está pensada para ti si tienes dificultades para ser consciente de los sentimientos de enojo o para expresarlos. Si tiendes a contener tu enojo, incluso si se aprovechan o abusan de ti, si tienes dificultades para defenderte por ti mismo frente a la manipulación o cuando se violan tus límites, sin duda tendrás que aprender a comunicar tu enojo de forma apropiada y asertiva.
El enojo, como todas las otras emociones, está determinado por tus percepciones y tu monólogo interior. Las otras personas y situaciones no te hacen enfadar por sí mismas, son tus interpretaciones de lo que los otros hacen y dicen y tus comentarios internos sobre ello lo que estimula tu enojo. A menudo, estas interpretaciones y este diálogo interno contienen un elemento de distorsión, como cuando etiquetas para tus adentros a alguien como un idiota, o piensas en términos extremos ver todo o muy malo o muy bueno no vez los puntos medios, también cuando exageras lo que vez, esto aumenta tu sensación de agravio y victimismo, esta es una forma habitual de alimentar y conservar la ira.
Por otro lado si eres de las personas que crees que siempre debes obtener lo que quieres, que debes poder tenerlo todo de manera fácil o que la vida siempre debe ser justa, tu pensamiento se basa en la creencia errónea de que tienes el derecho natural de ver totalmente satisfechas tus necesidades todo el tiempo. Este tipo de error puede llevar a experimentar una gran cantidad de ira y culpa autodestructiva.
Estos son solo algunos ejemplos, pero hay muchos más en relación a como se produce la ira en nuestros pensamientos.
Cuando expreses tu enojo ten en cuenta de asegurarte que la persona a la que revelas tus sentimientos está dispuesta a escucharte, tus sentimientos son una parte íntima de ti que merece respeto. Si alguien no está preparado para escucharte o dispuesto a ello, es muy probable que abandones la conversación sintiéndote minusvalorado e incomprendido. Tu tristeza, miedo o enojo en relación con la persona pueden incluso aumentar. Cuando estés listo para decirle a alguien cómo te sientes, pídele que le dedique tiempo a escucharte.
Dile algo como: Tengo algo importante que decirte y te agradecería que me escucharas. Una persona que realmente te escucha, lo hace en silencio y prestando atención. Las opiniones y preguntas se hacen en momentos adecuados, pero sin interrumpirte.
Es importante al hablar, evitar culpar o menospreciar a la persona a la que te estás dirigiendo, esto es importante porque la persona a la que estás hablando puede escucharte mejor si la respetas y te abstienes de culparla o hacerla responsable de tus sentimientos. Se necesitan tres habilidades para lograr esto: hacer formulaciones en primera persona, referirte a cómo te sientes en relación con el comportamiento del otro en vez de en relación con él como individuo y evitar juzgarlo, el problema lo tienes con su comportamiento no con él.
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