Habitualmente la infidelidad se asocia más con el género masculino que con el femenino. Los varones en todas las culturas y en todos los tiempos fueron más infieles que las mujeres, eso es un hecho, a pesar de que cada vez es más común la infidelidad femenina.

La mayoría de las investigaciones señalan que en las sociedades occidentales urbanas la relación entre la infidelidad en el hombre y la mujer es de 3 a 1 o de 2 a 1. Incluso, en algunas se equiparan aún más estos porcentajes que se van ampliando con mayor intensidad cuando se analizan en sociedades de países del tercer mundo o comunidades rurales, llegando a situaciones extremas en países fuertemente religiosos, en donde la infidelidad femenina tiene porcentajes muy bajos o es casi inexistente.

Estos datos son muy importantes para evaluar el factor social en la infidelidad del varón. En este sentido podemos decir que los varones tienen una facilidad mayor desde el punto de vista biológico, ya que pueden prepararse con más rapidez para tener relaciones sexuales que las mujeres. Si bien la disposición sexual varía en forma individual e incluso para la misma persona en diferentes momentos, en general la respuesta sexual, la excitación y la preparación de los genitales para el acto sexual se da con más rapidez en los varones que en las mujeres.

En las respuestas sexuales intervienen diferentes factores tanto psicológicos como biológicos, físicos, químicos, etc., en un proceso complejo que fácilmente puede alterarse.

Los cambios físicos se producen tanto en el varón como en la mujer por la vasocongestión de los genitales, o sea, la afluencia de sangre a los tejidos genitales y hacia los pechos femeninos. Produciéndose asimismo una intensificación de la excitación, un aumento del ritmo cardíaco y respiratorio.

La vasocongestión en el varón se produce con más rapidez que en la mujer, razón por la cual este se encuentra preparado para las relaciones en un periodo corto de tiempo, esto también permite entender los diferentes tiempos que cada uno necesita para llegar al clímax. Ahora, esto no garantiza ni la calidad ni la cantidad de relaciones sexuales, pero es un dato importante ya que un varón puede tener sexo exprés, no solo porque existe una facilitación social, sino porque biológicamente está más preparado para ese tipo de relaciones que la mujer.

Desde el punto de vista antropológico también se sostiene que el hombre necesitó transmitir sus genes y por eso se vio coaccionado por sus instintos a tener sexo con la mayor cantidad de hembras posibles para perpetuar la especie y en particular sus características.

Los motivos que llevan a los varones a ser infieles son muchos y variados, entre los más frecuentes además del simple deseo de tener sexo, están los motivos relacionados con la búsqueda de aventuras, la necesidad de afirmarse como machos, levantar la autoestima y sentirse validados por sus conquistas y no dejar pasar oportunidades de disfrutar sexualmente.

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