Tienes frente a ti una decisión que va a cambiar tu vida: recuperar la relación o abandonarla. Al igual que la mayoría de las parejas a las que veo, quizá creas que el mejor o único modo de resolver este problema es escuchando a tu corazón. Sin embargo lo aconsejable también es tomar esta decisión analizando no solo con el corazón sino también desde la parte racional. Las recomendaciones son estas:
1- Proyéctate en el tiempo, imagina como sería tu relación si se hacen algunos de los cambios que te pide tu pareja, y si tú pareja hiciera lo mismo por ti. Los cambios pequeños pueden implicar una gran diferencia.
Ahora intenta imaginarte dentro de seis meses, un año, cinco años, disfrutando el uno del otro, sabiendo que la decisión de permanecer juntos estuvo bien. Si puedes imaginarte superando la amargura y el desespero, y usando lo que has aprendido de la infidelidad para darle nueva vida a tu relación, es más probable lograr que ocurra.
2- Haz una promesa, te ayuda a formalizar lo que han acordado, y les da cierto objetivo claro hacia el cual trabajar y con el que puedes medir su progreso. Una pareja por ejemplo podría hacer lo siguiente: explorar como era que se mantenían los problemas y comprometerse a hacer los cambios para mejorar la convivencia, empezar a trabajar la forma de comunicarse y relacionarse el uno al otro, deseando ser más feliz y con la firme decisión de que esto continúe en el tiempo.
3- Escucha sin reaccionar. Recién se descubra la infidelidad la parte traicionada dirá muchas cosas desagradables, no escuches demasiado ni tomes literalmente los insultos de tu pareja. Hay tanta resistencia en el momento y falta de entendimiento entre ustedes que es más sabio no reaccionar a la defensiva a las acusaciones continuas de la pareja. Intenta ir más allá de las palabras y escuchar el corazón herido que hay detrás. Ambos están luchando por comprender lo que ha pasado, están tratando de conseguir un equilibrio en sus vidas hechas pedazos.
4- Mira hacia delante. Hacer funcionar de nuevo una relación después de una infidelidad no es fácil, pero tampoco lo es terminarla. Hablen los dos acerca de la historia de la relación, pueden mirarse a sí mismos con sinceridad, aquellos que hayan compartido una historia fuerte y positiva con su pareja, que hayan luchado para apoyar la carrera y las dificultades de la vida de su pareja, las tensiones económicas, las inseguridades personales, la familia, los problemas de salud, las metas no conseguidas. La increíble sensación de incompetencia que a menudo viene con la paternidad tienen una oportunidad única, quizá una que solo se presente una vez en la vida de sanar sus heridas y unirse con más seguridad y amor sin sacrificar los recuerdos valiosos.
Es muy difícil perdonar una infidelidad, el proceso mueve muchas emociones negativas, debemos aprender a sanarlas y crecer a partir de la dolorosa crisis de la infidelidad.
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