Ayer la ciudad amaneció más hermosa, convertida en nuestro edén. Bueno, sí, Junior perdió el partido 1 a 0 pero, al final, cobró mejor los penalties y obtuvo de esa manera el campeonato de la Liga Aguila, su novena estrella. El título no se lo dieron por este enfrentamiento en El Campín, sino por su rendimiento a lo largo del torneo. Se lo dieron por su desempeño, su puntaje, su regularidad. El regreso de Julio Comesaña culminó con el gran triunfo del miércoles, un triunfo que borra, en la mente juniorista, toda insatisfacción, cualquier error. Como dice don José Deyong: “Hoy el festejo es lo único que cabe”.
Momentos inolvidables quedan, como la batalla de los penalties: Luis Narváez pateó con furia y anotó el primero del Junior. Jown Cardona empató la serie con tiro efectivo al palo derecho de Viera. Michael Rangel marcó la ventaja engañando al arquero Neto. Carlos Núñez empató para el Pasto. Neto Volpi casi atajó el disparo de Rafa Pérez. Mariano Vásquez desubicó a Viera. James Sánchez puso de nuevo en ventaja al Junior con gran remate al arco de Neto Volpi, que luego también cobró y anotó gol a Viera. Después fue este el que marcó su golazo a Volpi, con fuerza y precisión. El asunto iba 5 a 4 a favor de los tiburones…
Aquí me permito otro flashback para sintetizar este gran instante del cotejo, si lo cuento así: Al minuto 80, Ray Vanegas del Deportivo Pasto le arrebata la bola a Gabriel Fuentes del Junior, quien descubre demasiado tarde que el portero Viera tampoco puede hacer nada distinto a sentir cómo, pateado por Vanegas, el esférico infla su valla.
El Pasto se apodera del partido y empata la serie por la Liga. Pasa el tiempo, ahora el cotejo llega a su minuto 90 y se extiende por ley hasta el cobro de los penalties. Los pateadores de ambos equipos vencen sus miedos y, uno tras otro, golean muy bien, incluyendo los dos arqueros, Neto Volpi y Sebastián Viera. Van 5 a 4 a favor del Junior y el mismo Ray Vanegas, que tenía con su gol del segundo tiempo ganando al Pasto, deberá marcar para empatar y seguir con vida en esta maratón de nervios. Viera le grita cosas para desconcentrarlo y Vanegas le hace un gesto de sobradez: pone dos dedos en sus labios, lo manda a callar. El muchacho de Sincelejo patea… y bota el balón. ¡El Junior es campeón! En un solo instante, Vanegas ha botado la bola, el partido y el título de la Liga.
Esos mismos, mis amigos, que dijeron durante el partido “Qué angustia, Junior juega sin creación, puro baloneo, pases erráticos, no hay nada que festejar, no sentimos sino pena, la sufridera de siempre, qué mala estrategia, qué planteamiento equivocado”, esos mismos amigos que mentaron madre y le pusieron apodo a todo el mundo, esos mismos se salieron al final felices de su ropa, se abrazaron y gritaron “pa’ joderte, título es título, ¡viva el Junior, nojoda!¡Viva el mejor equipo del mundo! Te amo, Barranquilla”.