El tango es nicho de múltiples episodios y aventuras marcados por el despecho y la tristeza. Muchos tangos cuentan historias pero uno narra por excelencia los amores contrariados de cierta dama francesa con un argentino. La pieza se llama como ella: Madame Ivonne.

Era la papusa del barrio latino, que supo a los puntos del verso inspirar, hasta que un buen día cayó un argentino y a la francesita la hizo suspirar…

Existen tangos con tanta historia, han dicho tanto esos tangos, que se han convertido en boleros, ampliando su alcance. Por ejemplo, Tristeza Marina: tango nostálgico que nació de un poema de Horacio Sanguinetti con música de José Dames y Roberto Flores.

Entre el amor de una mujer y su amor por el mar, un marinero debe elegir. Lo hace pero pronto se arrepiente... Este tango fue transformado en un sentido bolero por la voz de Felipe Pirela y el acompañamiento de la orquesta Billo’s Caracas Boys.

Como Agustín Lara, Rafael Escalona, José Barros, Rafael Hernández y Armando Manzanero, el portorriqueño Catalino “Tite” Curet Alonso fue grande entre los compositores de la América Latina y, en esencia, un estupendo narrador. Mencionemos Puro teatro, Anacaona, El periódico de ayer, Esencia del Guaguancó, Las caras lindas, Bandolera, Piraña, además de los bolerazos: Tiemblas y Por qué temes, que canta Vitín Avilés. Para destacar, entre sus narraciones, Plantación Adentro, Don Fulano, Isadora y Juanito Alimaña, la crónica sobre el rey de los atracadores, que cantó Héctor Lavoe.

Entre las canciones con historia compuestas por Rubén Blades, hay una que quedó para siempre en la memoria colectiva del Caribe. El cuento aquel de Ligia Elena, la cándida niña de alta sociedad que se enamora perdidamente de un trompetista pobre y negro, y termina huyendo con él. Hay que enterarse cuánto sufrieron sus padres por la llegada de aquel hombre a la familia.

El compositor portorriqueño Raúl Marrero contó, a su turno, la historia del hombre que se pregunta cuál es el negocio de unos vecinos cargados de bienes materiales, si ellos, al parecer, trabajan en nada. ¿Y cómo lo hacen? fue interpretada por el difunto salsero Frankie Ruiz, con el respaldo de la orquesta de Tommy Olivencia.

En una entrega anterior mencionamos a El muerto vivo, canción del caldense Guillermo González, popularizada por Rolando Laserie, que cuenta el episodio del tipo que se toma unos tragos, se pierde, sus familiares creen que está muerto, encuentran un cadáver, lo toman por él y lo entierran, pero después el tipo aparece y surgen los problemas.

El episodio del muerto vivo se ha repetido a lo largo de la historia y en el mismo ámbito musical. El colombiano Abel Antonio Villa compuso su versión del que creyeron muerto y regresa de pronto, una experiencia autobiográfica titulada La muerte de Abel Antonio, que resultó tremendo éxito. Fueron cinco noches que me hicieron de velorio, para mis nueve noches todavía les faltan cuatro…