La modificación del arroyo Bruno en 3.6 kilómetros, 700 metros hacia el norte, llevada a cabo por Cerrejón hace ya más de dos años, generó el rechazo por parte de algunas comunidades wayuu que solicitaron suspender los permisos otorgados por las entidades ambientales nacionales.
La multinacional, conocida por ser cumplidora de la ley, ha venido informando por varios canales, que desde el principio acató todos los requerimientos, llevó a cabo las consultas previas con las comunidades que el Estado indicó y que de acuerdo a todo el andamiaje de expertos que han trabajado en la modificación, luego de varios años de puesta en marcha y de monitoreos, la oferta hídrica no ha sido afectada.
Hace más de tres años visité el proyecto. En dicha visita pude constatar el trabajo detallado de la multinacional y mi visita coincidió con la de un grupo de expertos. Recuerdo claramente a Juan Quintero, ingeniero con amplia trayectoria a nivel internacional y exfuncionario del Banco Mundial, quien afirmó que por primera vez en Colombia se llevaba a cabo una modificación de un cauce basada en principios ecológicos, manteniendo características clave como los meandros o aplicando modelos matemáticos que ayudaran a replicar el tramo anterior. El hombre se refirió al proyecto como un importante hito de la ingeniería en Colombia.
De igual manera, recuerdo las palabras de Efraín Domínguez, experto en la parte ecológica, catedrático de la Universidad Javeriana, quien afirmó que la modificación era un proyecto de ingeniería ecológica único en el país y que se convierte en un laboratorio estándar para Colombia en lo relacionado a la modificación de cauces.
Hoy, cuando ya han pasado más de dos años de la modificación, no he dejado de seguir las noticias sobre el tema. Con agrado he podido ver imágenes del nuevo cauce. He conocido sobre el avance de los acuerdos realizados en las consultas previas que se llevaron a cabo, y tengo conocimiento de los monitoreos que estas comunidades consultadas realizan periódicamente, que se suman a las realizadas por diferentes autoridades nacionales y regionales.
El nuevo cauce está comportándose según lo diseñado por la empresa. Las imágenes así lo dicen, el mismo, sigue siendo estacional, (solo tiene agua algunos meses del año), como siempre ha sido y cómo son muchos arroyos guajiros. Sigue su proceso, según lo diseñado.
Sin embargo, Cerrejón todavía no ha podido sacar ese carbón y hoy se enfrenta a un gran crisis, generada seguro por esto, como por los problemas en la baja de los precios, el cierre temporal por la Covid, y ahora la huelga.
El tema está ahora, por orden de la Corte, en manos de un grupo de expertos de entidades nacionales y locales, y yo me pregunto: ¿Estamos los guajiros preparados para que Cerrejón continúe en esta crisis? ¿Las autoridades nacionales ya tienen claro lo que significa Cerrejón para la economía de La Guajira? ¿Cuánta agua más deberá correr por el Bruno, para que así quede claro que la modificación si funcionó? Todas preguntas para pensar detenidamente.