Millones de colombianos entran en la celebrada y dudosa lista de empleados, un anuncio que año tras año hacen los gobiernos, los del centro y los de aquí, utilizando cifras amañadas e incluyendo en ella al humilde hombre que vende dulces en la chaza de la esquina.
Por eso el polvorín levantado debido a la ingeniosísima propuesta de la ministra Alicia Arango, quien con desparpajo costeño habla del trabajo por horas, sin poder explicar con claridad cómo será el futuro pensional de ese ingeniero de sistemas de jornada disminuida en una cuarta parte, que pone como el gran ejemplo. Ni podemos imaginar qué pasaría si la singular fórmula fuese hecha a sus jóvenes parientes recién egresados de la universidad.
Nunca se sabe con certeza cuál es el modelo manejado para establecer el nivel de desempleo en el país. Las cifras de diciembre de 2019 señalan que fue 9,5%, aparentemente una buena noticia, al comparar esa estadística con la del mismo mes de 2018 y al incluir una tasa de ocupación de 57,5%. Pero durante el año, en general, la gente que estuvo sentada mirando el cielo raso de la casa sin producir un chícharo, aumentó en 10,5% en 2019.
Aun así, con ese porcentaje, la percepción es la de una cifra muy alta de personas sin trabajo, y de gobiernos con pocas o nulas estrategias para resolver un problema vital de la gente, como es ganarse la papa diaria, dado el aumento de la población en Colombia. Los programas oficiales de creación de puestos de trabajo o de incentivo al sector privado para que lo haga no resultan tan efectivos. Nuestros mandatarios se lucen más con la realización de obras, que, aunque conlleva una labor importante de ejecución, se hacen con plata que está o viene de los impuestos.
Necesitamos más mandatarios creativos y visionarios trabajando para disminuir esa brecha del desempleo. La prueba de ese déficit y de las fallidas políticas de este sector está en los miles de agresivos limpiadores callejeros de vidrios o de cuidadores de carros apropiándose de las calles. Oficios innecesarios e inventados para resolver el hambre diaria. Ni lo uno ni lo otro es formal y, de acuerdo con informaciones suministradas por ellos mismos, logran más de $50 mil diarios, sin riesgos, controles, tributos, ni horarios. Es decir, ganan más plata que el ingeniero de dos horas al día.
Los economistas lo han dicho: el subempleo reinante y la falta de inversión sumados a otros factores ponen a Colombia en riesgoso filo de la navaja, tan peligroso como el coronavirus.
Coletilla festiva: comenzó en firme el fabuloso Carnaval de las Artes, un escenario diverso repleto de música, entrevistas, personalidades y arte de todo tipo. En buena hora Heriberto Fiorillo y Efraín Medina comandan esa tropilla, que, durante cuatro vibrantes días en los cuales las horas no alcanzan, arman la fiesta que nos embriaga cada año. El de este 2020 es una gran y merecida celebración de centenarios, además con jóvenes talentos como Shonny y el Hijo del Búho, un dúo súper recomendado. Ellos estarán hoy en La Cueva a las 9.30 p.m., quien los haya visto seguro querrá repetir.
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