Es curioso. Desde hace más de 70 años, los presidentes de los Estados Unidos indultan al pavo de su destino como comida en la cena del Día de Acción de Gracia que se celebra en la Casa Blanca a finales del mes de noviembre; pero normalmente, en esa misma época, se planea la estrategia para matar en otros países a los seres humanos que se consideren enemigos peligrosos para los interese de la nación. Después de perdonado, el pavo –que por supuesto lo merece– es llevado a una granja en la que seguramente morirá de viejo. “Este pavo es tan afortunado… nunca había visto un pavo tan hermoso”, dijo Donald Trump en la pasada ceremonia de indulto; “estamos bendecidos de ser estadounidenses. Este es un maravilloso momento para nuestra nación. Agradecemos a todos los que protegen a nuestra bandera y a los que mantienen a Estados Unidos seguro”, dijo también.

Apelando a ese espíritu de seguridad nacional fue que dio la orden de asesinar –a los pocos días de indultado el animal– al general iraní Qasem Soleimani en el aeropuerto de Bagdad. Mientras el pavo se alimentaba y correteaba en la campiña, salvado de convertirse en cena, el cuerpo de Soleimani era servido al mundo rostizado. Lo mataron como se mata en las películas de acción de Hollywood, lo mataron como se mata ahora en la vida real, con un dron letal. “Sé rápido como el trueno que retumba antes de que hayas podido taparte los oídos, veloz como el relámpago que relumbra antes de haber podido pestañear”, dijo Sun Tzu en el milenario libro El arte de la guerra.

La estrategia también es vieja. Ante los problemas internos construye o dale más trascendencia a un enemigo exterior. Convoca –como hicieron algunos de los países imperialistas europeos en el siglo XIX ante el avance de los movimientos obreros y los conflictos internos– el nacionalismo a través de la intervención en el extranjero. Los Estados Unidos ya tienen su muerto de rigor a comienzos del año en que precisamente se celebran las elecciones presidenciales. Y Donald Trump, escamotea el deshonroso hecho de ser uno de los tres gobernantes en la historia estadounidense, sometido al Impeachment, como se le conoce al juicio político que el Senado le hace al presidente. Buscar un muerto peligroso para los intereses de los Estados Unidos en épocas de reelección es tan importante, al punto que resulta imposible no descartar que el asesinato de Osama bin Laden fuera fundamental en la elección para el segundo período de mandato de Barack Obama. Recordemos que el 4 de abril de 2011, Obama anunció el inicio de su campaña para el 2012, y un mes después, el 2 de mayo de 2011, se informó oficialmente la muerte del líder islámico.

Es curioso. Uno de los indultos que más registrados en la historia de las ceremonias de perdón a los pavos en la Casa Blanca, es el de un pavo llamado Charlie, otorgado en 1987 por el presidente Ronald Reagan. Muchos considerados que era una forma de desviar la atención por el escándalo de la venta clandestina de armas a Irán –el enemigo al que hoy se le hace la guerra–, cuyos fondos se utilizaron para desestabilizar el gobierno sandinista de Nicaragua y apoyar a los Contra nicaragüenses. Ahora, el mundo está a la expectativa. “No presiones a un enemigo desesperado”, también dice Sun Tzu.

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