En las últimas décadas la humanidad ha avanzado en un proceso de sensibilización y pedagogía muy importante sobre lo que significa el cambio climático, los gases de efecto invernadero (GEI) y el deber que tenemos como sociedad de ser más cuidadosos con nuestra huella de carbono que tiene relación directa con el calentamiento del planeta.
Gracias a esto, somos más conscientes del impacto que tienen nuestras acciones cotidianas sobre el medio ambiente, pero también del deber que nos asiste como sociedad de conocer la huella de carbono propia y las medidas que debemos tomar para compensar, mitigar o disminuir nuestro impacto en la tierra. Sin embargo, en algunas ocasiones muchos nos cuestionamos sobre si las pequeñas prácticas que hacemos en el día a día, realmente tienen un efecto positivo considerable que ayude al planeta.
La buena noticia para los colombianos es que sí. Al menos con el uso de biocombustibles podemos dar con certeza varias cifras que son determinantes en la lucha contra el cambio climático y que todos los ciudadanos tenemos el derecho a saber.
En promedio, un carro en Bogotá recorre 20 mil kilómetros al año, eso significa que el vehículo requiere de al menos 500 galones anuales de gasolina que trae consigo una mezcla de Bioetanol producido a partir de caña de azúcar. Así las cosas, el propietario del automóvil en 12 meses logra reducir 140 Kg de CO2 en la ciudad, gracias a la mezcla del 4% de Bioetanol que tiene el combustible.
Si multiplicamos esta cifra por el parque automotor de Colombia calculado en 18 millones de vehículos, podemos ver cómo una actividad rutinaria tiene un efecto importante en la disminución de los GEI y la calidad del aire en las ciudades.
En Colombia hay una capacidad instalada para producir cerca de 25 mil barriles de biocombustibles cada día, lo que contribuye a garantizar seguridad en la matriz energética nacional, al tiempo que ayuda a mitigar los gases efectos invernadero.
En el caso del Biodiesel, el energético natural producido a partir del aceite de palma y que es usado por los vehículos de grandes dimensiones, este se constituye como una importante solución para la reducción de los gases efecto invernadero y material particulado en la atmósfera.
Por ejemplo, un producto que llega a Colombia por Buenaventura y que espera un cliente en Bogotá, recorre más de 500 kilómetros y para ello se requieren cerca de 77 galones de diesel. Con las mezclas actuales del Biodiesel en Colombia ese camión deja de emitir aproximadamente 4,6 Ton de CO2 y 840 g de material particulado. A diario, en Colombia, según cifras del Registro Nacional de Despachos de Carga (RNDC) se realizan 23.551 viajes por las carreteras del país. Si multiplicamos la cifra en contribución y disminución será enorme.
La industria de los Biocombustibles actualmente aporta un 5,8 % al PIB agrícola del país y genera 90 mil empleos directos e indirectos en la cadena agroindustrial, mayormente en el campo colombiano. Expuestos los argumentos anteriores, es necesario que los colombianos tengamos el derecho a conocer cómo desde el uso de los Biocombustibles estamos contribuyendo a disminuir los gases efecto invernadero y a sumar con la movilidad sostenible.
*Presidente de la Federación de Biocombustibles