Los virus hacen parte de todos los ecosistemas de la Tierra. Pueden infectar todas las formas de vida, desde animales y plantas hasta bacterias y arqueas. Pero no sabemos a ciencia cierta si son seres vivos o no. No pueden reproducirse por sí mismos como los seres vivos. Pero se infiltran en las células y usan la maquinaria celular para replicarse.

Las bacterias son unas cien veces más pequeñas que una célula humana, los virus son cientos de veces más pequeños que una bacteria. Esa diferencia de tamaño fue la clave de su descubrimiento, cuando el botánico ruso Dimitri Ivanovski y el neerlandés Martinus Beijerinck investigaban independientemente las enfermedades que hacían estragos en las plantaciones de tabaco a finales del siglo XIX.

Ivanovski descubrió que el extracto de las hojas maceradas de plantas enfermas continuaba siendo infeccioso aun cuando se pasaba a través de un fino filtro de porcelana. Beijerinck descubrió que este “fluido viviente contagioso” (Contagium vivum fluidum o virus) se multiplicaba solamente en células vivas y estaba posiblemente compuesto por patógenos lo suficientemente pequeños para atravesar el filtro. Pero pasarían décadas antes de que viéramos directamente a este poderoso adversario.

La mayoría de los virus son tan pequeños que no pueden verse con un microscopio convencional, que usan luz visible para formar imágenes de objetos diminutos. Pero en 1931, los ingenieros alemanes Ernst Ruska y Max Knoll usaron electrones para hacer la primera imagen de un virus, una de las primeras aplicaciones de un microscopio electrónico.

Hoy sabemos que cuando los virus no están dentro de una célula existen como partículas independientes compuestas por material genético, una capa protectora hecha de proteínas y lípidos. Existen en una increíble variedad de formas que van desde simples hélices y poliedros hasta complejas estructuras.

Los virus se adhieren a la superficie de las células usando su cobertura de proteínas y penetran la membrana que las protege. Una vez dentro de la célula el material genético del virus suplanta al material genético de la célula para usar el mecanismo de producción de proteínas para ensamblar nuevas copias de sí mismo que se liberan cuando se rompe la membrana de la célula y esta muere.

El coronavirus-2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), responsable por la pandemia que en este momento tiene en alerta a los servicios sanitarios de todo el mundo, tiene apenas 29903 pares de bases nitrogenadas, instrucciones precisas para crear nuevas copias de sí mismo al infectar las células humanas. Pero cada célula infectada produce miles de nuevas partículas de virus que luego infectan otras células.

Como otros virus, el SARS-CoV-2 no tiene un objetivo, solamente contamina las células para replicarse y enviar nuevas copias a contaminar otras células para replicarse hasta que no quede ninguna. No tiene ideología, no conoce fronteras ni construye colonias o ciudades. Tan solo avanza fría e incansablemente hasta donde nosotros lo permitimos.

(@juandiegosolerp)

PhD. Astrofísico colombiano residente en Alemania.