El 29 de enero de 2020, las autoridades de Italia detectaron y aislaron a los primeros pacientes del coronavirus-2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2) en su territorio. Apenas un día después el primer ministro Giuseppe Conte decretó el estado de emergencia sanitaria durante seis meses e Italia se convirtió en el primer país en bloquear los vuelos provenientes de China, en donde se habían identificado los primeros casos de SARS-CoV-2 en un grupo de casos de neumonía en la ciudad de Wuhan a finales de 2019.
Apenas veinte días después del decreto de emergencia sanitaria, las autoridades italianas habían confirmado 12462 casos, 827 personas habían fallecido y 1028 más estaban en unidades de cuidado intensivo.
El mundo pudo vislumbrar la dimensión de la tragedia en el video difundido por el periodista David Carretta en el cual comparaba el tamaño de las páginas de obituarios del Eco di Bergamo, el periódico de la ciudad italiana con una población de 120 mil habitantes.
Carretta compara la página y media de obituarios del 9 de Febrero con las 10 páginas llenas del 13 de Marzo y puntúa el video con la contundente frase “una gripe cualquiera”.
¿Por qué un país industrializado con un alto estándar de vida fue y sigue siendo azotado de esta manera por la epidemia? Está es la pregunta a la que se dedican los virología, epidemiólogos y especialistas en estadística de todo el mundo. Si hoy es un astrofísico quién les cuenta esta historia es porque si algo saben los astrofísicos es contar. Los astrofísicos utilizan la estadística para estudiar miles de millones de galaxias, cada una con miles de millones de estrellas, e interpretan gráficas que ayudan a entender esos nombres. Aunque las decisiones criticas están en las manos de los expertos en estadística en instituciones como la Organización Mundial de la Salud o el Instituto Nacional de Salud, los astrofísicos podemos hacer la diferencia ayudando a explicar los números y las estadísticas al público en general.
Durante su inicio, las epidemias siguen el llamado crecimiento exponencial (link al artículo anterior) que indica que tras un intervalo de tiempo, el número de caso se multiplica. Al estudiar el incremento en el número de casos en Italia, se puede determinar que el número de casos se está doblando cada cuatro días. Como no todos los casos de SARS-CoV-2 desarrollan síntomas visibles, es posible que muchos de los casos no hayan sido detectados y que muchas personas hayan sido apenas portadoras del virus antes del inicio de la epidemia. Por eso el número de casos confirmados es apenas la parte visible de la cadena de contagio, como un iceberg del que solamente sobresale una pequeña parte sobre el mar de la población.
Es muy posible que el SARS-CoV-2 estuviera en Italia antes del primer caso registrado y es posible que haya llegado a muchos de los enfermos a través de personas no detectadas. Por eso, ante el crecimiento exponencial de los casos y el número limitado de camas para tratar a todos los enfermos con complicaciones graves, las autoridades de Italia tomaron una medida drástica que aún estamos esperando que haga efecto: restringir el movimiento de personas al pedirle a todos su ciudadanos que permanezcan en sus casas, salvo por desplazamientos estrictamente necesarios.
Esas son las medidas que estudian los gobiernos de todos los países del mundo, incluyendo Colombia, para que el aumento de los casos no desborde la capacidad de las unidades de cuidado para los enfermos graves. Y como el resultado de esas medidas es frenar el aumento de la velocidad de transmisión del virus, como un camión que viene en bajada y llega a un llano, la gente que trabaja con estadísticas como los epidemiólogos y los astrofísicos le han puesto un nombre: aplanar la curva.
(@juandiegosolerp)
PhD. Astrofísico colombiano residente en Alemania.