El pasado 28 de abril de 2024, el Presidente de la República anunció un “paquete de medidas con el fin de alcanzar la reactivación económica plena.” “Empleo para la Vida” es la primera de estas medidas, a la espera de conocer las demás. Sin embargo, esta política pública realmente es la ampliación de aquella introducida por el Gobierno Duque como mecanismo de reactivación económica postpandemia.

El programa de la pasada administración era el “Incentivo a la Creación de Nuevos Empleos” con el objetivo de impulsar la generación de empleos para personas entre los 18 y 28 años a través de mecanismos del pago de un subsidio de un porcentaje del salario mínimo, por un máximo de 12 pagos.

Es importante destacar que “Empleo para la Vida” introduce 3 nuevos aspectos que podrían ayudar a que los objetivos de este tipo de políticas públicas tengan un impacto positivo a mediano plazo. Estos son: (i) aumentan los subsidios (ii) aplicará también para personas con discapacidad; y (iii) únicamente aplicará si se mantiene el empleo por lo menos 6 meses.

Según datos de la UGPP, a diciembre de 2023 el programa del Gobierno Duque ha resultado en que un total de 25.804 empleadores se han beneficiado de $704.246 millones de pesos en apoyos económicos, que consisten en 838.576 nuevos puestos de trabajo. Adicionalmente, las 3 regiones que han creado la mayor cantidad de nuevos empleos son : (i) Bogotá D.C. con 370.429 (el 44,2%); (ii) Antioquia con 164.037 (19,6%); y (iii) Valle del Cauca con 69.977 (8,2%).

Es innegable el objetivo loable de este tipo de políticas públicas, sin embargo, es importante que cuestionemos su impacto regional frente al discurso del actual gobierno de ser “un gobierno para las regiones”. La Región Caribe, que reúne a más del 22% de la población nacional, sigue siendo una de las regiones más pobres, no logrando alcanzar ni siquiera el 80% del PIB per cápita nacional.

Además, La tasa de informalidad de las principales ciudades de la Región Caribe siguen siendo una de las más altas del país, estando todas por encima del 54%, mientras que la Región Centro y Bogotá D.C., principales beneficiarias de estos incentivos, empleossiguen liderando al país con las tasas de desocupación y de informalidad más bajas, ambas por debajo de los promedios nacionales..En el contexto socio-político actual, no es claro el rumbo que el Gobierno Central quiere darle al país en materia laboral y tributaria; factores que impactan directamente la creación y desarrollo de empresas, principales generadoras de empleo.

Este tipo de políticas públicas han ayudado a reducir la tasa de desempleo postpandemia, sin embargo, en el último año solo hemos reducido en 1 punto porcentual la tasa de desocupación nacional, cuando esta venía rápidamente decreciendo. Así mismo, tienden a beneficiar a las regiones que históricamente han tenido las tasas de desocupación más bajas y que han liderado la economía nacional, sin considerar las necesidades específicas de las economías locales de las regiones. Para el caso de la Región Caribe, es importante abordar la discusión desde iniciativas para el desarrollo industrial e inversión privada con el objetivo de crear para el sector empresarial un ambiente económico propicio para generar y mantener nuevos trabajos, es decir, una verdadera agenda de reactivación económica.

* Abogado de Holland & Knight