El inicio de temporada para los Yanquis es —por no decir otra cosa— tormentoso. La franquicia, que se ganó el apodo de ‘Bombarderos del Bronx’ por el inagotable poder ofensivo de los bateadores a lo largo de su historia en el legendario condado de Nueva York, está faltando este año al honor de ese apelativo.

La marca de 6-10, al cierre de esta edición, es el peor arranque de los ‘Mulos’ desde 1997. Sí, es cierto, los 16 juegos representan menos del 10% de una temporada larga y desafiante, pero el reloj ya cuenta.

Uno de los muchos problemas de los neoyorquinos es el letargo ofensivo que no hace eco al mote logrado por Babe Ruth, Joe DiMaggio, Lou Gehrig, entre otros estandartes.

El promedio de bateo grupal de .210 es el segundo peor en Las Mayores. Los 139 ponches decretan la peor marca para iniciar una temporada de los Yanquis. La alineación, que cuenta con estrellas como Aaron Judge, Giancarlo Stanton, Gleyber Torres y DJ LeMahieu, se ubica en el fondo de la liga en ‘porcentaje de embasado equilibrado’ y ‘peso en el porcentaje de embasado’. En pocas palabras, si llegan a base, que está ocurriendo por debajo del promedio, su influencia es intrascendente.

Los bates han sido muy pasivos en el plato. Los ‘Yanks’ son el cuarto peor equipo en la MLB en bolas bateadas. Eso, sumado a que además son el quinto peor equipo en bolas conectadas en zona de strike, resulta en una ecuación para catastrófica.

El pitcheo y la defensa también están en deuda. En general, el ‘Mundo Yanqui’ está lleno de dudas y vacío de respuestas. La ofensiva, de renacer, alejará varios fantasmas que rondan el Yankee Stadium. Brian Cashman, gerente general, debió salir públicamente a respaldar al mánager Aaron Boone y a los jugadores. La paciencia —que es poca en el Bronx— se empieza a agotar para el equipo de la familia Steinbrenner.

Los Yanquis viven de los batazos. Si les hacen cuatro carreras, responden con seis. El problema ha sido que este año —hasta ahora— ese dictamen no ha existido. No han ligado.

Es una temporada larga y tiempo hay. Los ‘Bombarderos’ tienen que honrar su apodo para soñar con la vigésimo octava Serie Mundial.