Un día como hoy hace cinco años fue la noche de mi Lectura del Bando. Un día como hoy, le mostraba a Barranquilla de qué estaba hecha. Un día como hoy, bailaba frente a los miles que me arrojaron piedras durante seis meses. Un día como hoy, me cambiaba la vida para siempre.

Todo el mundo tiene momentos que les dejan un antes y un después, todos tienen situaciones que los hacen madurar, crecer, cambiar, y hasta brillar, y para mí, ese 16 de enero del año 2016 fue precisamente ese momento. Esa noche yo dejé salir a la persona que siempre fui y que siempre seguiré siendo, y desde entonces, nunca le he permitido que se vuelva a apagar. Ni siquiera cuando nuevamente otros intentan seguir arrojándome piedras para hacerme caer.

Si las cosas fuesen diferentes, hoy estaríamos disfrutando de una nueva Lectura del Bando, y, por ende, estaríamos a la expectativa de una nueva fiesta. Las emisoras estarían llenándonos de música de carnaval y la gente estuviese poniéndose sus zapatos más cómodos para salir a las calles a bailar. Si esta pandemia no hubiese pasado, hoy estaríamos rodeados de extraños que de repente se convierten en amigos, hoy muchos se estarían haciendo su diciembre en ventas y rebusques, hoy estaríamos poniéndonos nuestras polleras y nuestras máscaras, hoy estaríamos bañados en maicena y sudor, y hoy amaneceríamos entre el jolgorio y el folclor.

Pero sobre todo, hoy yo estaría esperando ver el espectáculo que siempre viene con este importante evento, uno que nos muestra el talento de los bailarines, la tradición de nuestros hacedores, la pasión de nuestros grupos folclóricos, la creatividad de los directores artísticos y, por supuesto, el qué es lo que es de la reina. Porque seamos sinceros, ese es su gran día de prueba, y uno la va a ver a ella, a ver qué propone y a ver cómo conquista a un pueblo que hasta ese instante solo la conoce de nombre.

Me desperté nostálgica porque aunque para muchos esto es tan solo una fiesta (y tengo clarísimo que hay muchas otras cosas más importantes sobre las que hay que discutir), para la gente como yo, que vemos el carnaval como algo que hace parte de quiénes somos y de lo que somos, es histórico que por primera vez en más de cien años no vayamos a vivir el festejo como siempre lo hemos vivido. Es histórico que no vayamos a vivir y gozar como Joselito siempre nos lo ha mostrado.

Por esto, a pesar de todo lo que está pasando y a pesar de que las noticias siguen preocupándonos, pretendo honrar la fiesta que tanto me ha dado de alguna manera. Me dedicaré a ver por Telecaribe lo que Carnaval S.A.S. y la Alcaldía de Barranquilla tienen preparado, me dedicaré a decorar mi casa de marimondas y colores, me dedicaré a seguir apoyando a los grupos que hoy tanto nos necesitan, y me dedicaré a bailar al son del tambor que tanto despierta en mí, así esté sola en mi cuarto.

Porque este fin de semana, así no lo decrete una reina, en mi corazón comienza la fiesta. Porque cinco años después la seguiré celebrando a mi manera.