Como mañana es el día en el que se define gran parte de lo que será el futuro próximo de este país, como mañana es el día en el que sabremos quiénes decidirán nuestras leyes durante los próximos cuatro años, llegó el momento de decirte a ti que me lees, y que sé que le importa lo que suceda con Colombia, que no hay nada más importante en la agenda del día que la de convencer a los que nunca votan, o que poco votan, a que lo hagan.
Cuando del Congreso de la República se trata, la mayoría de los colombianos no salen a ejercer su derecho al voto. Y las razones principales por las que lo hacen, o más bien por las que NO lo hacen, es porque o no saben por quién votar (pues muchos consideran que todos ‘son iguales’), o porque no piensan que es tan importante. Y es justo aquí dónde voy a meter mi cucharada.
Primero que todo, no votar porque ‘todos son iguales’ es seguir alimentando un círculo que no permite que lleguen los diferentes.
Los más interesados en que la gente no salga a votar, en que la gente se quede en su casa descansando, pasando el guayabo o disfrutando del día libre, son los que compran votos. Porque no pueden comprarlos todos. Porque no pueden controlarlo todo.
Y es por esto que la frase ‘todos son iguales’ es tan popular, porque bajo este sistema que, valga la redundancia, está ya sistematizado, es muy difícil que lleguen al poder los que no tienen que recuperar una inversión que cada vez se hace más grande.
Porque entre más gente salga a votar, más caro se vuelve comprar los votos. Y por eso, la única manera de verdaderamente acabar con esto, es logrando que los que no salen, lo hagan a conciencia. Si salimos todos, se ahogan, ¡Porque no pueden comprar millones de colombianos!
Ahora, ¿por qué es tan importante elegir bien a tu representante? Pues porque él o ella va a velar por tus intereses, y porque será un ‘freno de mano’ para cualquiera que esté en el Palacio de Nariño y quiera abusar de su poder. Cuando el representante necesita recuperar una inversión y generar ganancias, cuando solo está pendiente de ‘sus’ intereses, se ‘vende’ al mejor postor. Es solo cuestión de ‘aceite’. Aprueban ‘lo que sea’ si eso significa que va haber suficiente ‘aceite’, inclusive, si se trata del tiempo que un Presidente pueda quedarse en su puesto.
Hoy en día, ‘no votar porque no te gusta la política’, no es una opción, ya que todas tus decisiones, indirectamente o no, dependen de la política. Desde el precio de los insumos en un mercado, hasta el sueldo que puedas ganar o que puedas generar para alguien más, dependen de la política. Desde lo que te cuesta comprar un inmueble, hasta lo que te gastas comprando una camiseta en un almacén, dependen de la política. Desde el momento en el que nos levantamos, hasta en el que nos acostamos, constantemente estamos tomando decisiones que tienen que ver con la ‘política’. Todas nuestras vidas giran alrededor de lo que unos cuantos, escogidos por nosotros o a pesar de nosotros, escojan por nosotros.
Así que sí, es hora de informarse y de informar, de leer propuestas que vayan con nuestros ideales, y de votar por gente que realmente quiera cambiar el país para bien.
Llegó la hora de hacer ejercer la democracia, ¡no te olvides que es un privilegio!