Este 21 de noviembre será el paro nacional. Quizá uno de los más importantes de las últimas décadas y, por eso mismo, el que más discusión y molestia ha causado en diferentes sectores políticos, sobre todo en los tradicionales. Tanto ha sido así, que el Gobierno de turno, acompañados por su partido (Centro Democrático), encaminan sus esfuerzos a deslegitimar la manifestación y estigmatizar a quienes expresan la intención de participar de ella. Niegan que las razones sean válidas o manipulan la información con el fin de confundir a incautos, hábiles para creer historias descabelladas como que existen infiltrados anarquistas. Las mentiras son similares a las usadas en la reciente campaña presidencial, solo que cambiaron los actores. Ya no es el castrochavismo, ahora es el Foro de São Paulo con sus mercenarios internacionales. Podría decirse que se perdieron en sus propias fake news, en una realidad paralela. Infortunadamente, sobran las razones para que los colombianos levanten su voz.
La protesta es un derecho constitucional. Un Gobierno que no es capaz de escuchar el clamor de los ciudadanos, que ignora el llamado de atención de la gente e insiste en justificar sus errores, confirma su carácter autoritario. Desde que regresó el uribismo al poder, el Acuerdo de Paz se ha debilitado (por no escribir que ya lo destruyeron). Las reformas que pretenden imponer afectan a la colectividad, están diseñadas para favorecer a unos pocos. Los falsos positivos se intensifican. La política de seguridad no funciona. El medioambiente y las comunidades afro e indígenas están en peligro por la explotación desmedida de los recursos naturales. Por la negativa estatal de la democratización del campo y la agricultura.
La mayoría protestamos por un país más equitativo y justo. Por la salud y la educación. Por la dignidad laboral y el respeto a la vida. Por un país menos violento y sin corrupción.
El Gobierno conoce las razones del paro. Sin embargo, las niega y se contradice. Dice que las reformas no se harán, aunque lo que propone confirma las inconformidades. Entonces, como no quieren comprender, recordamos los motivos del paro. Estamos en contra de la reforma laboral, pensional y tributaria. Contra el bombardeo en donde murieron menores de edad. Los niños reclutados por grupos armados son víctimas y deben ser protegidos, no masacrados. Contra el intento de privatizar las empresas estatales. Contra la corrupción. Contra la incrementación de los asesinatos a líderes sociales, a excombatientes de las Farc que entregaron sus armas, a indígenas, a varios candidatos en las pasadas elecciones, en fin, en defensa de la vida de todos los colombianos. Por Cauca, Nariño, Putumayo, Chocó, Caquetá y cada lugar del país que sufre las consecuencias del abandono del Estado. Por la implementación del Acuerdo de Paz. Por que se cumpla lo pactado con respecto a la educación y a la ciencia. Por la dignidad humana.
En este momento, es urgente que el Gobierno escuche a un país que no aguanta un atropello más. A un país que está cansado de la desigualdad, la corrupción y la violencia. A un país que decide ejercer su derecho a la protesta. Este 21 de noviembre saldremos a las calles a defender la vida, los derechos y la paz. Repítanlo y conviértanlo en eco. Tal vez así, son menos indolentes… un poco más humanos.
@MariaMatusV
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