Parasite es la película del año. Además del extraordinario guion y de la gran propuesta audiovisual, ¿por qué el film llama tanto la atención del público? ¿Por qué se identifican entre risas y llanto? Es el espejo de la tragicomedia actual.

Bong Joon Ho muestra críticas sociales en sus películas. Es experto en generar controversia y en resaltar la injustica social. Parasite refleja el fracaso neoliberal. Es una historia que podría suceder en Corea del Sur, Londres, París, Buenos Aires o Bogotá. Es el ejemplo de un sistema económico fallido.

La película relata la historia de una familia clase media baja. Una familia preparada y profesional. Sin embargo, todos los miembros de la familia están desempleados. Habitan en un sótano sin posibilidad de acceder a los supuestos privilegios que les aseguró el sistema. Ni siquiera tienen wifi y viven en una de las ciudades más “desarrolladas” del mundo. No son vagos, ni ignorantes, ni desocupados. Son personas que simplemente no tienen opción a pesar de sus múltiples habilidades. Su situación mejora cuando el hijo menor de la familia consigue empleo en una casa de gente adinerada. Después de entrar a la casa y ganarse la confianza de la familia millonaria, empieza a recomendar a los demás miembros de su familia. Hasta que todos terminan trabajando en la mansión y se desencadena el caos.

Los miembros de la familia clase media baja se convierten en farsantes. Crean personajes para encajar y tener un trabajo medianamente digno. ¿Y qué es lo digno? ¿Aceptar cualquier cargo sin importar las circunstancias? ¿Permitir las humillaciones que impone la sociedad por no tener nada? ¿Conformarse con el empleo que salga aunque sea injusto? ¿Ser profesional, no encontrar trabajo en su campo, y terminar conduciendo un carro por el simple hecho de no tener otra alternativa? Entonces, ¿para qué estudian, se especializan y se endeudan las personas? El objetivo es superarse, pero el sistema no brinda garantías para ellos. La desigualdad es tan profunda, que no es sólo un tema de ricos y pobres, la clase media también se ve afectada y sin posibilidad de surgir dignamente. El padre de la familia clase media baja afirma: “los cuatro tenemos trabajo. Sólo por eso somos afortunados”. Un trabajo que consiguieron en medio del desespero y a punta de mentiras. Un trabajo que los lleva a la perdición. El mundo globalizado está diseñado para los ricos. Enriquecen los mismos, empobrecen los mismos.

Entre drama, comedia y suspenso se cuenta la historia. También es un thriller. Bong Joon Ho es experto en mezclar diferentes géneros en sus películas. Inventa su propio género y no deja de sorprender. Parasite presenta actuaciones prolijas e intensas. El discurso social y el humor negro están en su punto. Nada de moralismos ni reflexiones vacías. Se percibe el fracaso neoliberal a la perfección. La profunda desigualdad. Un guion preciso. Es inevitable evidenciar la mezquindad de la clase alta. Esa falta de entendimiento e irrealidad. El desespero de las clases medias y bajas por subsistir. Esa condena al fracaso y a la desesperanza. Esto se resume en el juego de la iluminación: oscuridad para los pobres; luz para los ricos.

Parasite es una película fascinante. Se estrena el 9 de enero en las salas de cine colombianas. No se la pierdan. Se van a divertir, pero también van a reflexionar, a mirar hacia adentro, a sentir vergüenza, frustración o indiferencia. Así que, ¿los parásitos son la familia clase alta o la familia clase baja? ¿O tal vez somos todos?... ¿Eres un parásito?

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