En pocos días vamos a celebrar la Navidad, el nacimiento del niño Dios.

Les invitamos acercarse al pesebre e imaginarse este niñito indefenso y vulnerable en su cuna. Míralo bien. No es el niño Dios. Es bastante especial, eso sí. Como tantos hijos de Dios este niñito nació con una discapacidad. Allí está en su cuna, llorando a todo pulmón, como que ya sabe lo que le espera en esta sociedad.

Es el primer hijo de una madre adolescente, embarazada por un muchacho muy guapo que desapareció enseguida, asustado con la buena nueva. Menos mal que un tipo decente se enamoró de la muchachita y prometió criar al niño como suyo.

Mira bien a la madre: La pobre muchacha está agotada después del trabajo de parto. Y ahora se da cuenta que su hijo tiene una discapacidad. Los visitantes empiezan a lamentar y compadecerla pero la muchachita muestra una fuerza inesperada: “Es mi hijo” dice. “Lo quiero. Es hermoso. Va ser muy especial”.

¿Pero cómo va esta pareja pobre criar a este niñito? El niño Dios era igual de indefenso cuando nació pero logró crecer gracias al apoyo y cariño de mucha gente, pobres y ricos. ¿Dónde están los pastores que muestran a los padres de este niñito su cariño y solidaridad? ¿Dónde están los reyes para ayudarle y protegerle?

Allí vemos al burrito en el pesebre. ¿Será su único medio de transporte o será que la sociedad le dará una silla de rueda adecuada?

Y mira la cantidad de ovejas dentro y fuera del pesebre. ¿Tratarán al niñito como la oveja negra, siempre apartada y excluida? ¿O lo incluirán en su juego, clases y puesto de trabajo dándole el espacio y la atención que necesita?

Ah, ahí vemos el camello que trae a los reyes. Se parece a la fundación que atiende a los niños con discapacidad. Que camello. Le toca atravesar el desierto con sed de justicia cargando a los reyes que llevan los recursos para la atención de los niñitos con discapacidad: El ICBF, el Ministerio de Educación, la Alcaldía, unas EPS y los donantes.

Paja si hay en abundancia en el pesebre. ¿Pero si eso le servirá mucho al niñito? Necesita atención médica, rehabilitación, educación, ayuda concreta. La paja, se lleva el viento.

Tampoco falta el rey Herodes, que opina que invertir en este niñito es botar la plata.

En el cielo arriba de todos están los ángeles, que proclaman a toda la gente de buen corazón la buena nueva. Hablan de derechos constitucionales y leyes. ¿Se vincularán los medios, los gobernantes y los representantes a la defensa de los derechos de este niño a una adecuada y oportuna atención integral o aceptarán que la falta de presupuesto y oferta de programas adecuadas destruyen su futuro?

Todavía falta una semana para la Navidad. Encima del pesebre está la estrella de la esperanza. Esta semana la comisión de discapacidad del Senado encendió una luz de esperanza. ¿Qué hará usted para apoyar a este niñito y sus padres? Para que pueda desarrollar sus capacidades y talentos, a pesar de sus limitaciones y para eliminar las barreras en nuestra sociedad.

¿Será que podamos dar mejores oportunidades al niñito del pesebre en el 2021?

*Fundación CE CAMILO