El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las niñas, e inician los 16 Días de Activismo contra la violencia de género; dos semanas en las que personas y organizaciones del mundo se unen para promover la prevención y eliminación de la violencia contra mujeres y niñas.
Desde la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) también nos sumamos porque estamos convencidos de que la violencia contra las mujeres y niñas no son justificables en ningún lugar del mundo y menos en una país civilizado.
Datos escalofriantes de ONU- Mujeres señalan que en el mundo 1 de cada 3 mujeres es objeto de violencia física/o sexual al menos una vez en la vida.
En Colombia según el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, entre 2015 y 2019 se reportaron 27.594 casos de violencia contra mujeres y niñas; el Observatorio de Feminicidios reportó 1.881 asesinatos en los tres últimos años, teniendo mayor concentración de este delito en Antioquia, Atlántico, Cauca, Valle del Cauca y Bogotá.
Periodistas, políticas, lideresas sociales, estudiantes, técnicas, profesionales, amas de casa, lesbianas, transgénero, bisexuales, migrantes, mujeres de cualquier nivel y de cualquier parte del territorio, estamos expuestas a una pandemia de acoso sexual, maltrato y feminicidio. Todas, sin importar qué hacemos o dónde estemos, merecemos tener un entorno seguro, ser apoyadas, empoderadas, honradas y visibilizadas.
Combatir la violencia no es solo un tema de protección, también es un tema de prevención, y se debe responder de manera oportuna e interinstitucional ante cualquier llamado y con presencia y participación de las autoridades y las comunidades locales. Es fundamental seguir trabajando en la implementación y el cumplimiento de leyes, en la ejecución de proyectos, pero también facilitar el acceso a la justicia y a las reparaciones; acabar con la impunidad es otro compromiso urgente.
La OEI y Colombia trabajamos juntos en proyectos de alto impacto y de alcance regional en las áreas de educación, ciencia, cultura, lenguas y derechos humanos en los cuales las mujeres son uno de nuestros pilares. Estamos en muchos lugares de esa Colombia profunda; desde la comodidad de una casa y/o un escritorio en una ciudad capital es muy difícil dimensionar el drama que muchas viven en la ruralidad; en la cercanía, quienes tenemos el privilegio de trabajar con ellas, no dejamos de impresionarnos por todo lo que están dispuestas a hacer, aprender y a aportar, a pesar de las dificultades.
Por ellas, y para ellas, desarrollamos programas con el fin de contribuir a acabar con todo tipo de violencias: física, psicológica, sexual, económica, y lo hacemos a través de proyectos de formación, de generación de ingresos, de fortalecimiento institucional, de política pública, de empoderamiento y derechos humanos entre otros. Lo hacemos, porque estamos convencidos de que para lograr superar las desigualdades y la exclusión no basta con aumentar el grado de escolaridad y mejorar la inserción laboral de las mujeres.
La erradicación de todas las violencias contra las mujeres y niñas es uno de los grandes retos de la humanidad; modificar la cultura misógina es uno de los grandes propósitos de estos tiempos. Como protagonistas de esta era, las mujeres reclamamos la transformación de las relaciones sociales basadas en respeto e igualdad, en la no discriminación y en la erradicación de una vez por todas de la violencia contra la mujer.
Tenemos que trabajar juntos para deshacer las prácticas e imaginarios que alimentan la desigualdad y pretenden justificar la violencia de género. Nosotros, desde la OEI, seguiremos en todo el país, pero especialmente en las regiones; tenemos que sacar a la luz la vida de todas esas mujeres que contribuyen a cambiar la historia, pero cuyas trayectorias, logros y éxitos por lo general no son noticia.
*Directora Oficina Colombia OEI