Juan Gerardo Guaidó Márquez debería celebrar su cumpleaños 36 el próximo 28 de julio si Venezuela restaura la democracia. Ese “si” es el todo. Hay tres tipos de oraciones condicionales dependiendo de la posibilidad, la probabilidad o de la irrealidad. Pueden ser reales, potenciales o irreales, respectivamente. El pasado 5 de febrero, Maduro ordenó colocar dos contenedores y un carro tanque en desuso para bloquear el acceso de la ayuda humanitaria por el puente de “Las Tienditas”, ubicado en la frontera con Colombia. El equipamiento del bloqueo costó menos de 60 millones de pesos, pero ha sido más que efectivo.

La prueba es que por ahí no ha ingresado un solo grano de arroz o una aspirina. Ese bloqueo genera reafirmación y provocación. Lo último ha sido la aparición de un contingente militar manifestando que “por aquí no va a entrar ninguna ayuda ni ahora ni nunca”. Aumentan las manifestaciones, crece la ayuda humanitaria, que no ingresa, y el apoyo internacional, pero Maduro sigue atornillado. Es un cerco diplomático multilateral, un país halando para un lado y los demás para el otro. En la práctica, nada de lo anterior moverá a Maduro de su silla. La pregunta debería ser: ¿qué lo moverá? Lo planteo al revés: ¿qué sostiene a Maduro?

Con 60 años de pericia exitosa en cómo sostener una dictadura, Cuba domina la agenda política y militar de Venezuela. Dicta el libreto a Maduro y a sus 2.000 generales, una cantidad absurda, los EEUU tienen 900. El grupo de generales está fracturado entre los que apoyan Maduro y los que no, pero la preponderancia de los cubanos es tal que no hay forma que puedan liderar iniciativa alguna. En lo que sí están de acuerdo todos los generales, es que Maduro no se va a ir en los dos aviones que tiene listos para escapar, seguramente a Cuba, y los deje con el pecado y sin el género; pero, además, tengan que afrontar el juicio que les espera.

Un “teatro de operaciones” es un escenario de guerra y para llamarle así se requieren de ciertas condiciones según la ciencia militar; con el tiempo estas han mutado. Una es el carácter continental del conflicto; eso se cumple con el alineamiento de las tres potencias militares mundiales: Rusia y China contra los EEUU y aliados. Para los tres sería otra guerra ideal, no toca sus territorios ni a su población. ¿Que si hay un botín? Pues casi nada, las mayores reservas de petróleo del mundo y otros tesoros menos conocidos, pero igual de valiosos, hoy en manos de Cuba.

¿Quien pagaría los platos rotos? Colombia, el objetivo favorito de Maduro, quien carece de formación militar; su sentido del valor no va más allá de sus bravuconadas babosas. El mayor peligro ante una situación de desespero extremo, sería un acto de heroísmo temerario, típico de la falta de control ante estos eventos. Un consejito al presidente Duque: tome pólizas de seguro, ahora cuestan menos, que amparen obras de infraestructura estratégicas de bombardeos y/o ataques militares de cualquier tipo, serán los objetivos. Si no lo hace, entonces que el gobernador y el alcalde se unan y lo hagan por las instalaciones locales. ¿Exagerado?

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