El último invento es el partido Colombia Renaciente, la primera noticia de que Colombia hubiera muerto. Se presenta como de base afro, pero no es más que la izquierda posando con otro disfraz para que políticos de varias vertientes se puedan reciclar o “renacer políticamente”, ellos, eso sí. Una desfachatez. Petro no aparece entre sus miembros y téngase claro que la corrupción no se resuelve con nuevos partidos, mucho menos disfrazándose. Uno se disfraza para cosas más serias. Es una izquierda galopante, seductora y preocupante.

La influencia de la izquierda en un estado democrático y capitalista como el nuestro, está demostrado, ha sido funesta y de consecuencias desastrosas. No hay un país en donde la izquierda haya logrado un estado de verdadero bienestar; en contraste, yéndonos al otro extremo, la lista de países con gobiernos de orientación derechista con altos niveles de bienestar es extensa. Pero hay que argumentarlo y para eso dedicaré esta y las columnas siguientes. La izquierda ha seducido desde siempre a los sectores intelectuales más avanzados, en parte porque tienden a ser ingenuos e idealistas. Su apoyo y validación han sido acogidos por el respeto que despiertan y porque muchos confían en ellos en razón al vasto dominio que tienen sobre ciertas áreas del saber, el cual lograron gracias a ambientes fértiles, propiciados por un estado capitalista que cuenta con recursos originados en la plusvalía de todo el sistema. Lo olvidan y así es fácil pontificar. A esos intelectuales les cabe una inmensa responsabilidad, ojalá quede registrado en el acta de la historia.

“Izquierda” no es un término tan original. La palabra genuina y culta usada para denominar lo que está de ese lado fue desde siempre “siniestra” del latín sinister. A la derecha le correspondió “diestra” del latín dexter. Se cree que en los tiempos de Roma se tomaban “señales” siguiendo el vuelo de las aves, lo que venía por la siniestra era de mal augurio. Por aquello de evitar una connotación negativa, el español dejó en desuso siniestra con el significado de izquierda y lo reemplazó por el término vasco ezker(ra), que se adecuó al español como izquierda.

“Llamo a mis compatriotas a no tener miedo. No voy a instalar una dictadura tipo cubano o comunista en Venezuela. ‘Eso’ está muy lejos de la verdad. Los hechos demostrarán que todo ‘eso’ es mentira”, dijo Hugo Chávez un rato después de conocer su triunfo el 7 de diciembre de 1998. Así engañó a Venezuela. Los hechos demostraron que “todo eso” si era verdad.

En 1982, a los 28 años, Chávez funda el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 de línea cívico-militar de extrema izquierda. Mucho antes de Chávez venía cocinándose una intensa agenda por parte de la izquierda. Después de varios fracasos por la vía armada, concluyen que una revolución exitosa solo la lograrían con las Fuerzas Armadas de su lado y comienzan a reclutar a miembros jóvenes de la Academia Militar de Venezuela. Chávez era uno de esos cadetes, el más aventajado de todos. En 1984 conoce a Herma Mercedes Marksman, cinco años mayor que él y llega el amor. (Continuará).

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