El magistrado Alvaro García, presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), explicó en la W por qué liberaron a ‘Jesús Santrich’. Una “impugnación de competencias” presentada por su defensa logró que la Sala de Casación Civil de la misma CSJ, estableciera que no era la Fiscalía sino esa corte la competente para ordenar su detención por su calidad de congresista (del Atlántico…). Eso primó para que la Sala de Casación Penal de la CSJ lo dejara en libertad y su caso iniciara en la Sala de Instrucción que requería encontrar dos indicios graves (los cuales halló) para llamarlo a indagatoria.
Era discrecional de los magistrados detenerlo o dejarlo en libertad, pero entre esas dos opciones había una grieta y por ahí comenzó su fuga. Inconcebible e irresponsable que alguien con semejantes antecedentes, citado a indagatoria por un presunto delito, y no cualquiera (contrabandear 10.000 kg de cocaína), termine en libertad por “las motivaciones de los magistrados”. Según relata García, estos son los “comos” de la Sala de Instrucción para decidir su libertad: “como compareció a la JEP, como estaba en el Proceso de Paz, como estaba presto a posesionarse como congresista, como no había ningún peligro de que el señor se fuera a escapar y como él manifestó siempre que iba a responder, la Sala de Instrucción le creyó y valoró que la libertad de este señor para ser investigado era válida y era justo reconocerla y conservarla, y lo citó a indagatoria”. Afirma que “en principio la sala no había tenido la duda de que podría no aparecer, o que, pongamos que sí la tuvo (la duda), y valoró una y otra situación y aceptó (asumió) que era más factible que sí se presentara”. Y esta “maravilla”: “uno (ellos, los jueces) puede creer, como persona analista del derecho, que si a una persona le dan una oportunidad de explicar una situación en que lo están incriminando, siendo la indagatoria uno de los medios de defensa del sindicado, que él tendría interés en venir ante la corte a explicar su situación…y no lo hizo”. Nuestros “brillantes y agudos” magistrados se enteraron apenas en la mañana del martes pasado de que no ejercen en un país nórdico.
Hace rato se sabía que ‘Santrich’ estaba vinculado al negocio de narcotráfico de las Farc, no era ni es un secreto, pero no habían pruebas. Por eso decepciona el grado de candidez con que García justifica la decisión de los magistrados. ¿Y que decir del despiste y laxitud al afirmar que la mitad del país quería que dejaran a ‘Santrich’ libre? ¿De dónde sacaría eso?
Desde su liberación, ‘Santrich’ se dedicó a planear su fuga. Se esfumó porque sabe que el proceso que se le adelanta tiene sustento sólido y legal. Cuando se tiene la certeza de la verdad, se domina la situación; si los cargos no fueran ciertos, nunca se hubiera fugado. De presentarse, tenía claro que sería extraditado y el único que tenía la seguridad de que eso sucedería era él. Ante enfrentar una condena de no menos de 30 años en una fría cárcel gringa en las que hasta un ciego ve la oscuridad, Santrich no tuvo opción, era él o poner la cara por el partido Farc. Finalmente mostró lo que es.
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