No existe una definición única sobre lo que significa servicios ambientales, una de ellas es la contenida en el documento de Evaluación de Ecosistemas del Milenio, pero se ha aceptado que este es cualquier bien o servicio provisto por la naturaleza que le proporciona bienestar a los seres humanos, y por ello desde el punto de vista económico, son externalidades positivas.
Existen varios tipos de servicios ambientales, uno de ellos, el más importante, es el que permite regular el clima, la temperatura, las inundaciones, la calidad del aire, la purificación del agua, la captura de carbono, polinización, etc.
Desde siempre no se le había dado importancia a la generación de estos servicios ya que se consideraban inagotables, pero hoy está demostrado que es necesario conservar a los ecosistemas para que sigan suministrándolos, que si fuera medible y cuantificable antes de llegar a cada persona o a cada hogar, sería el servicio público más importante y necesario, ya que sin el mismo la vida no sería posible.
Por ello es necesario buscar fórmulas para pagar por el cuidado de esos servicios y para quienes los usan en beneficio particular, paguen por los mismos.
Los parques como zonas verdes proporcionan servicios ambientales vitales para los habitantes de las ciudades, tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda como mínimo, de entre 10 y 15 m² de área verde por habitante, en tanto que el Decreto 1504 de 1998 dispone que son necesarios 15 m². Barranquilla cuenta con 186 parques, para un total de 1.200.000 de m², lo que nos arroja un índice de 0.85 m² de zonas verdes por habitante, que después de muchos años, y solo hasta ahora afortunadamente, reciben una inversión de más de 60.000 millones de pesos, que permitirá recuperar el 60% de los m² destinados actualmente a zonas verdes de la ciudad.
Alcanzar un indicador igual a 10 m² de zonas verdes por habitante, a fin de estar cerca de ciudades como Santiago de Chile, y muy por encima de ciudades como Buenos Aires, Barcelona y México entre otras, requerirían inversiones de 6.5 billones de pesos, suma igual a mas de tres veces el total del presupuesto de Barranquilla para el año 2014, sin contar el costo de mantener y conservar las nuevas zonas verdes.
Como obtener la fuentes de tamaña inversión es un tema de preocupación que nos debe incluir a todos, y por eso mas allá de lo que hoy nos ofrece de manera oportuna el nuevo POT, es necesario seguir explorando mecanismos distintos de las rifas de la extinta Sociedad de Mejoras Publicas, que podrían conducir a mirar con detenimiento el desaparecido impuesto de parques y arborización como tasa por servicios ambientales, a revisar o modificar el Acuerdo N° 001 del 2000 por el cual se amplió la Concesión a la Triple AAA, y a reconocer un descuento en el impuesto de industria y comercio para que los particulares participen de este propósito, y sobre todo y ante todo, a crear una institucionalidad que debe estar muy cerca de quien pueda proporcionar el agua y la poda, a fin de garantizar la sostenibilidad de las zonas verdes que hoy tenemos y las que se construyan.
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