Según platón en su obra el Banquete, nos ofrece una bella reflexión acerca del cambio y la transformación; y es que según este gran filósofo “todo cambio experimenta un poco de inmortalidad”, y de verdad que es cierto, hoy día los Estudiantes y Maestros, estamos viviendo un cambio, una transformación, y es la nueva era de la educación en el mundo, la educación virtual. Ya los claustros universitarios son resumidos a espacios vacíos, donde quedan hoy solo recuerdos y para otros añorando volver lo más pronto posible y recibir las clases presenciales, por estar resistentes al cambio.

La era tecnológica llego con todo y nos envolvió y acogió en su lecho virtual, debemos entrar en ella, con el fin de hacerle frente a nuestra realidad y seguir a pesar de lo que está aconteciendo, el 2020 nos ha traído muchas sorpresas y enseñanzas, estoy seguro de que no será la última, la educación, debe seguir, así como todas las actividades humanas, será un poco traumático al principio, pero luego será ya una costumbre.

Lo que queda claro con este suceso mundial llamado COVID-19, es que nos ha hecho más sensibles, más conscientes de nuestra realidad, de que todo se encuentra en continuo cambio, y en este momento como todo buen contador doy fe de ello. El mundo nos cambió y debemos seguir en secuencia con el mismo, tal como lo manifiesta un libro que tuve la fortuna de leer hace un tiempo y vale la pena revisar nuevamente, texto muy interesante que no debe faltar en la biblioteca de todos, ¿Quién se ha llevado mi queso? De Spencer Johnson, para reflexionar y poner en práctica en cuanto a cómo adaptarnos a un mundo en constante cambio.

El éxito de la educación virtual maestro alumno, va a depender mucho del saber ordenar muchas cosas, entre otros el plan académico, las personalidades de los alumnos, las condiciones económicas de los mismos, donde tocara sin duda realizar muchas otras combinaciones de flexibilidad, la técnica del yoyo, “apretar y aflojar”, así como de persistir y un reto mayor del maestro el cual consiste en influenciar al alumno en este camino, para que el alumno encuentre y desarrolle su potencial; el maestro es un guía, una persona especialista en un conocimiento definido, quien recibe el encargo de instruir.

Recordando las palabras de Maruja Torres, cuando dijo que “un buen maestro hace que el mal estudiante se convierta en bueno y el buen estudiante en superior”, esta debería ser la frase que nosotros como maestros deberíamos practicar siempre, con el único fin de entregarle a la sociedad personas de bien, profesionales íntegros, donde aprendan a convertir las adversidades en oportunidades, y donde aprendan a ver la vida siempre con fe y esperanza. Concluyo con una frase de Carlos Darwin que dice: “No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio”

PEDRO J ARRIETA M.

Doctorando en Estudios Fiscales

Catedrático Universitario