Este es un mensaje impreso en un vasito de café comprado en un centro comercial, recomendando que este envase de cartón, ya vacío, se deposite en una caneca cercana marcada para reciclables. Después vendrán los recogedores de residuos del edificio y, supuestamente, todos estos materiales reciclables serían entregados a alguna agencia distrital de aseo o a los recolectores de basuras para producir otro artículo de cartón. De esta manera se cumpliría el ciclo de vida del vasito y de otros materiales, dentro de una actividad conocida como “economía circular” que induce u obliga a los productores de artículos de plástico, cartón, vidrio y algunos metales a su aprovechamiento y al inicio de un nuevo “ciclo de vida”. Queda por saber si, aquí en Colombia, los millones de usuarios de objetos reciclables o reutilizables, apoyan estos mensajes y colaboran con esta etapa, como es usual en países desarrollados. Actualmente no es raro encontrar leyendas o figuras en los objetos de plástico y cartón para que retornen a su respectivo ciclo de vida y vuelvan a ser moléculas útiles. También se observan algunas actividades de reutilización; pero en Colombia está faltando más intervención de las autoridades recolectoras de basuras domésticas y comerciales, y sobre todo, la acción diaria y permanente de todos los colombianos generadores de residuos. Y no es para menos: La historia de los materiales plásticos sintéticos que fueron poco a poco reemplazando productos naturales y creando nuevas formas y grandes utilidades para los humanos se remonta al año 1910, cuando el químico belga Leo Baekeland creó el primer polímero artificial, que inicialmente se conoció como “baquelita” en honor a su creador y que casualmente conocí desde mi infancia por las lindas muñecas de baquelita de mis hermanas menores.
Todos los plásticos han tenido mucha atracción y utilidad en las diversas aplicaciones, pero hoy los residuos de plásticos que salen de los hogares y de las empresas invaden los ríos y se acumulan en los mares del mundo. Así lo informan, en EL HERALDO de Abril 11, expertos de la Universidad del Costa: “Un colombiano consume DOS kilos de plástico al mes, 24 kilos por año.”. “¿Qué estamos haciendo?”, preguntan los autores de esta interesante y reciente publicación. Yo diría que se necesitan líderes jóvenes en Colombia al estilo de la ya célebre activista sueca Greta Thunberg que, con sus 16 años de edad, es una de las voces más significativas de la lucha por el medio ambiente en el mundo, y en estos días habló ante el Parlamento Europeo, urgiéndolos por acciones inmediatas en bien del cambio climático y advirtiendo que “nuestra casa se desmorona”. Aquí en Colombia existe un movimiento de jóvenes para la reutilización plásticos usados que se llama “Botellas para educar”, pero es poco conocido.
Mantener un medio ambiente sano para los humanos, asegurar un planeta vivible para nuestros descendientes y lograr un equilibrio para los elementos que nos rodean (agua, aire, tierra, seres vivientes, etc.) son compromisos de todos, en donde los gobiernos),los centros educativos, las empresas industriales y comerciales, y los núcleos familiares en cada hogar deben trabajar duro y parejo. Por supuesto, no es fácil esta tarea de lograr un compromiso nacional en lo ambiental, aunque actualmente se observan buenas intenciones empresariales.