Emisión de moneda “bicentenaria”

Nuestro Banco Emisor anuncia la emisión de una nueva moneda de oro, con ocasión del bicentenario de la Independencia Nacional. Independencia cachaca el 7 de Agosto 1819 porque aquí en el Caribe el Virrey Sámano, la Real Audiencia, la armada real de tierra firme y los restos del ejército español continuaron mandando en el Caribe, desde su refugio en la Plaza Fuerte de Cartagena. El general venezolano Mariano Montilla se tomó la ciudad después que el almirante guajiro José Prudencio Padilla abordó con sus pardos la noche de San Juan a la flota española surta en la Bahía de las Ánimas. Los restos del poder español fueron embarcados y prisioneros fueron conducidos por Padilla hasta La Habana, el 10 de Octubre de 1821 regresando a Cartagena con su botín de guerra, los barcos sobrevivientes de su asalto a la Armada Real. Ese día, la Independencia Nacional sí fue completa. ¿Emitirán una segunda moneda conmemorativa?

Autosuficiencia alimentaria

No la tenemos. El país se abastece de muchos alimentos, importándolos de proveedores favorecidos por los tratados de libre comercio. Por ejemplo, para solo mencionar uno importante: la actividad avícola, consumidora de maíz compra millones de dólares de este cereal americano. Nuestra producción maicera es insuficiente y el que viene de Iowa y Kansas, que es más barato, por los subsidios de su gobierno y más alta producción por hectárea. Conclusión: el precio de la comida tenderá a subir siguiendo la ruta del dólar. Los fletes marítimos afectan a casi todos los rubros, y los aéreos ídem. La inflación puede sobrepasar los límites planeados por el Banco de la República, así su junta, manejando la tasa de interés, luche por controlarla. Versus todas esas adversidades previsibles, los mayores ingresos serían por exportaciones, cuyas ventas podrían estimular una mejor tasa de cambio, siempre que estas (un poco deterioradas) hoy se recuperen. Confiemos en que las ventas del Comercio de fin de año superen las expectativas.

La Mojana inundá

El San Jorge crecido como anualmente sucede, y las bocas tardan en cerrarse. ¿Por qué pasa eso? En Caimito, San Benito, San Marcos, fincas ribereñas y vecinas a las ciénagas de La Mojana. Allí siempre en esta temporada, la situación se repite. Cada morador en los patios de los pueblos podría tener unos cuantos sacos de arena, para colaborar en el momento en que las aguas amenacen y esa pronta ayuda complementaría los auxilios de las gobernaciones – que siempre llegan–, pero a veces, después de… En La Mojana sucreña y en el sur de Bolívar hay haciendas que, en parte, las aguas las cubren, pero previsivos ganaderos poseen tierras altas y anualmente en ciertas fechas las desocupan, viajan sus reses y así pierdan peso los novillos con la caminada. Los animales son guiados por hermosos cantos de vaquería desde el amanecer “para viajar con la fresca”, animan a las reses a iniciar la marcha o cuando el sol calienta para seguir andando. En los veranos siguientes cuando todo se seca, las praderas antes inundadas, reverdecen, los ganados regresan y se recuperan. Negocio con picos estacionales pero ahora, para infortunio rural, con la seguridad nuevamente amenazada.