En tierra de ciegos el tuerto es rey
El año anterior y en este que ya casi se acaba, a Colombia le ha ido mejor. No es que el mal de muchos sea nuestro consuelo, sino que siempre el entorno para nuestros inmediatos clientes influirá en nuestro desempeño. Si por aquí llueve, en las tierras de algunos de nuestros clientes y aliados importantes, no escampa. El Bundesbank o banco central alemán después de tres trimestres de no crecimiento, manifestó sentir que los vientos de depresión económica están llegando. En Estados Unidos la Reserva Federal decidió no mover la tasa de interés hacia abajo, tanto como pretendía Donald Trump, quien de paso es un gran deudor. El Congreso de EEUU tramita una posible acusación contra el primer mandatario americano, quien de paso mudó su domicilio a Palm Beach (Florida). Allá los impuestos son menores y tiene a Mar a Lago, el palacete que se construyó para Henry Flagler el magnate ferroviario que unió a la Florida con el norte de los EEUU incorporando al turismo unas bellas pero desconectadas playas generando enormes valorizaciones.
Pesimismo sin razón
A pesar de las cifras reconocidas como mejores que las de la vecindad continental, la percepción callejera es que las cosas no están saliendo bien ¿por qué será? La incidencia de la televisión mostrando las inexcusables muertes de indígenas caucanos y nariñenses que se han tornado dolorosamente frecuentes, y los asesinatos sucedidos en el Catatumbo, condenados por todos, desaniman a muchos ciudadanos cuando piensan en el futuro cercano dentro de nuestras fronteras. En los noticieros de televisión predomina por varios minutos el color verde – pero el de los chalecos policiales - informando del último atraco o la captura de alguien quien posiblemente pueda ser liberado por diversas causas procesales. Las marchas de protesta, desvirtuadas por encapuchados colados en ellas haciendo daños a terceros que nada que ver, inciden en la mala percepción. Sin embargo, se conocen cifras de reducción de pobreza, aumento de escolaridad, más turistas viniendo, dinamismo de la construcción de viviendas VIS, la venta de vehículos va creciendo, se inauguran nuevos centros comerciales y los restaurantes y comederos informales invaden los antejardines de las casas, etc. Al lado lo negativo, las mayores importaciones versus menores ingresos para pagarlas con exportaciones y el preocupante déficit cambiario. Así las cosas ¿Vemos el vaso medio lleno o medio vacío?
Los migrantes aportan
No nos quejemos por la coyuntural migración venezolana, simplemente ayudemos a quienes llegan al país que el grueso de ellos tiene un nivel de educación un poco mejor que el nuestro. Barranquilla se favoreció con acoger las migraciones impulsadas por las guerras europeas y por la caída del Imperio Otomano. Traían otros conocimientos, nuevas experiencias, contactos internacionales etc. Hay que informarse de las habilidades de cada venezolano para ver como se le utiliza mejor, en vez de considerarlo solo como un necesitado de ayuda.
¿Se cae o se sostiene?
La Ley de Financiamiento está “en el tibiri tábara”. El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, que la elaboró con el apoyo de pensadores enviados por la banca multilateral de Washington, recomienda enmendar las inexcusables fallas del procedimiento formal, con una aprobación sin discusión, pues se les acaba el tiempo. A pupitrazo limpio, ¿Otro fast track? Se escuchan voces que dicen que al gobierno, corto de recursos, le entraría más dinero si la ley de Financiamiento se cae, que si se aprueba. Las rebajas tributarias a contribuyentes que inviertan en nuevos equipos, mejoras industriales, etc, valen varios billones que el estado sí recibiría si el Congreso no aprueba la petición del ministro. 0tra cosa piensan las entidades externas financiadoras de los créditos, pues la ley declarada inexequible, para ellos es garantía del repago de la deuda creciente de Colombia. Pero si el gobierno mejora su tesorería, al no producirse los descuentos a esos grandes contribuyentes, será más fácil para Carrasquilla atender el servicio de las deudas.