Casi todo lo verde es bonito y agradable, y por eso este adjetivo se utiliza actualmente para la calificación de actividades y situaciones ambientalmente favorables. Lo verde no es de ahora: hace muchos años el poeta español Federico García Lorca le cantaba así a su novia de ojos verdes: “Verde que te quiero verde. Verde viento, verdes ramas. El barco sobre el mar y el caballo en la montaña”; y fue (en su época) una de las mejores ilustraciones con respecto al color verde y su abundancia en nuestro medio ambiente natural. Este alegre color, muy usado en nuestro idioma, también se encuentra acompañando algunos sustantivos, según el Diccionario de la Real Academia. Por ejemplo: para sugerir juventud, frescura u obscenidades decimos “los chistes verdes”, y para galanterías impropias de la edad se encuentran “los viejos verdes”. Pero ahora es muy frecuente y significativo el uso del calificativo “verde” (green, en inglés) en todas las actividades y situaciones positivas y favorables al medio ambiente. Partamos de la base de que nuestra autoridad ambiental distrital se denomina ‘Barranquilla Verde’ y que, afortunadamente, ya está mostrando su verdor con la instalación de redes de monitoreo de calidad del aire, aunque desconozco qué tan verde se comporta en otros aspectos de su gestión.

Sabemos que existen muchas instituciones verdes en Colombia, pero no podemos concluir que todas ellas, por tener este simpático calificativo, sean más eficientes, productivas y estén trabajando constantemente para mejorar el medio ambiente en todos sus aspectos, regiones y ciudades. Vale reconocer, sin embargo, que en Colombia se destacan empresas privadas que han decidido asumir un gran compromiso verde con la naturaleza, cuidando sus operaciones dentro de una lógica de responsabilidad y tomando medidas para reducir su impacto negativo. Entre las que sobresalen y que están trabajando por este objetivo, mostrando su calificativo de verdes cerca de sus nombres comerciales o institucionales, podríamos mencionar algunas destacadas: Bavaria, EPM, ISA, Universidad del Norte y Cerrejón. Esta conciencia ambiental –con su propio verdor– ha penetrado también, en la última década, en las organizaciones de tipo cívico, social y educativo de la ciudad, formando movimientos internos que presentan compromisos de las personas que las conforman: Rotary Green y Green Generation, que usan el adjetivo verde en inglés, son ejemplos de instituciones activas en Barranquilla.

Rotary Green, una iniciativa de los Clubes Rotarios que busca promover el cuidado y la conservación del patrimonio natural por medio de la creación de hábitos de carácter ambiental dentro de los socios de estos clubes, y es un proceso que aspira a generar una disposición para luchar contra la creciente problemática ambiental que estamos viviendo: situaciones a causa de prácticas y hábitos dañinos al medio ambiente. La segunda es Green Generation, que está conformada por estudiantes de la Universidad del Norte y que trabaja por la concientización del estudiantado y pretende extender las informaciones que puedan brindar los estudiantes a toda la comunidad, con el fin de que la población cercana a sus hogares sean más conscientes de los daños que se pueden generar en la naturaleza y su medio ambiente, y actúen pronto para vivir dentro de una ‘Barranquilla Verde’ que realmente sea efectiva y reconocida como eficiente en esta ciencia verde.