La relación entre el pensamiento revolucionario de Karl Marx y la filosofía de Hegel es uno de los temas más debatidos de la historia moderna de las ideas. Marx mismo reconoció su deuda intelectual con el famoso filósofo que había dominado el pensamiento alemán las primeras tres décadas del siglo XIX, de quien tomó no sólo su dialéctica sino también una visión de la historia como un proceso dividido en tres grandes fases que progresivamente lleva hacia un estado de plenitud humana. En un plano más profundo, será mediante sus estudios tempranos de la obra de Hegel que Marx se empapara del pensamiento clásico occidental, haciendo de una herencia que viene desde Aristóteles la base de su posterior visión de la evolución de la humanidad.
Hay tres principios que fundamentan la filosofía de Wilhelm Friedrich Hegel ‘ el filósofo de la dialéctica’,(1770-1831), que son:
El principio de la ‘inmanencia’ del Absoluto: para Hegel el Absoluto no es una sustancia, sino un sujeto. Por sustancia se entiende el ser en sí, acabado, que es capaz de sustentar los accidentes, mientras que el sujeto es un movimiento, un devenir, un proceso. El Absoluto no es, será al término de su evolución. Es el proceso de generación del universo. Esta idea del Absoluto es distinta de la de Fichte y Schelling. Para ellos es anterior al yo y al mundo, el Absoluto de Hegel es inmanente(ingénito, inherente, inseparable, propio) a la naturaleza y al espíritu, y al desarrollarse constituye todo objeto y todo pensamiento. Por consiguiente, cada ser particular y concreto no será más que un momento de este desarrollo, una fase de este movimiento.
De ahí que la consideración de un ser en sí mismo, aparte del movimiento que lo constituye, es abstraerse. Por lo tanto, un ser individual y concreto para Hegel será ‘abstracto’.
La ‘identidad de lo real y lo racional’ es el segundo principio que fundamenta el pensamiento de Hegel.
“Todo lo real es racional y todo lo racional es real”. No puede haber otra forma más adecuada para designar el racionalismo puro. Por eso a la filosofía hegeliana se la ha calificado de ‘panlogismo’.
Analicemos ahora la frase citada “Todo lo real es racional” significa que el proceso de generación del mundo no es absurdo, sino lógico y necesario, porque el Absoluto es Razón, Esta Razón es consciente en el hombre e inconsciente en la naturaleza.
El segundo miembro de la frase: “Todo lo racional es real”, significa que el pensamiento lógico es real, es decir, que coincide con la realidad, el pensamiento es la realidad.
‘La filosofía es el sistema integral’ es el tercer principio de Hegel. Afirma de este modo que la filosofía es el único sistema que comprende y explica la totalidad del universo. El método que utiliza esta filosofía es la ‘dialéctica’. Con ella entramos en otro de los puntos básicos del pensamiento de Hegel.
La dialéctica es el método mismo de la filosofía, es el progreso, el desarrollo del Absoluto, o sea de la Razón. Es a la vez la marcha del pensamiento humano y el desarrollo de las cosas según su ley inmanente, que es racional.
La dialéctica tiene su origen en un infinito que podríamos llamar ‘negativo’, en lo indefinido, y su término es otro infinito, ´positivo’, el Espíritu. El campo donde se desarrolla el proceso dialéctico es lo finito, porque en los seres finitos se da el movimiento. La dialéctica, a través de lo finito realiza el paso entre los dos infinitos.
Por otra parte, Hegel ve que el pensamiento está lleno de contradicciones y que no es posible estacionarse en ellas. La dialéctica consiste precisamente en la superación de estas contradicciones y para ello procede por tesis, antítesis y síntesis. A la tesis corresponde el ser en sí que supone como idéntico a sí mismo: el objeto. A la antítesis corresponde el ser ‘para sí’, que se niega, que se distingue de sí mismo: es el sujeto. A la síntesis corresponde el ser ‘en sí y para sí’, el ser que se unifica después de haberse distinguido; es el Espíritu.
Hasta aquí hemos visto los principios básicos del sistema hegeliano y el método que utiliza su filosofía. Hegel sigue el progreso de una conciencia individual y ve que pasa por tres etapas. A la primera la llama conciencia y no es más que el conocimiento sensible, la sensación. Con ella la conciencia se despierta y se aliena inmediatamente, perdiéndose en los fenómenos que considera realidad. En cierto modo sale de sí misma fascinada por el espectáculo del mundo. En esta primera etapa, la conciencia es realista y dogmática.
La segunda etapa es designada como conciencia de ‘si misma’. Es una conciencia adquirida por reflexión. La conciencia se despega del mundo y se descubre a sí misma. El mundo queda aún fuera de ella.
La tercera etapa se da cuando la conciencia alcanza la edad de la razón.
Realiza entonces la reconciliación entre ella y el mundo por el idealismo. Por fin sabe que el mundo no es nada más que ella misma. Haciendo la experiencia del mundo hace la experiencia de sí misma, y haciendo la experiencia de sí misma hace la experiencia del mundo.
Claramente puede verse que Hegel ha aplicado aquí su proceder por tesis, antítesis y síntesis, y ha aplicado también, concretamente, el principio de que “todo lo real es racional y todo lo racional es real”. Fuentes: Wikipedia, y Montserrat Kirchner.
De tal manera que en Colombia la oposición a los diálogos de paz entre el Gobierno Santos y la insurgencia de las Farc que se realizan en Cuba, tales ciudadanos que se oponen a un nuevo país en paz, equidad y mejor educado no han alcanzado la tercera etapa de Hegel, que se da cuando la conciencia alcanza la edad de la razón, para así realizar la reconciliación entre cada uno de esos opositores y el mundo real del benéfico mundo de la paz, estable y duradera.
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