Es claro que históricamente que la mujer necesita mejorar su participación y es deber de todos atender sus preocupaciones. Un gran obstáculo, el histórico machismo que es una vergüenza y es algo que definitivamente a base de pedagogía tratar de reducirlo a su mínima expresión.

En el marco del Foro del Diario la República LR "Economía y empresa, con nombre de mujer” del 2020, Carolina Ibargüen, managing director de Kantar IBOPE Media, expresó los avances más importantes que se han dado en el país en materia de igualdad de género, y en el capítulo sobre su participación en la vida productiva de Colombia, concluye que el 33,5% de los puestos gerenciales o directivos son ocupados por mujeres, agrega el estudio que el promedio mundial de mujeres en altos mandos empresariales es de 29%, por lo cual el país está por encima de la media.

Sin embargo, hoy los números estadísticos no son tan optimistas en cuanto a la ocupación integral laboral, agregada a una crisis social sin precedentes que vivimos en las últimas semanas y alimentado por una Pandemia mundial. El Dane afirma que en Colombia, entre diciembre 2020-febrero 2021 la tasa de desempleo para las mujeres fue 20,7% y para los hombres 11,7%. En conclusión una tímida participación por parte de ellas en la vida productiva, muchas están privadas de la oportunidad de ser mejores.

En un texto de hace casi una década y titulado ¿Súpermujeres de hoy? publicado en mi obra Al Viento y Al Azar, retomo algunas conclusiones editadas años atrás, de Lawrence Sanders, escritor estadounidense, el cual afirmaba cómo en Norteamérica ya se hacían evidentes los vertiginosos cambios de la sociedad moderna de la época protagonizada por la súpermujer en el manejo de las finanzas, grandes empresas, la política, administración pública, fuerzas armadas, etc.

La mujer viene entrando desde hace mucho tiempo en el dominio de las cosas y esto no me parece en nada negativo sino una apertura hacia lo positivo. En muchos casos, es más organizada que el hombre, he visto mujeres en todos los lugares del mundo y me han sorprendido por su agilidad y rapidez con que manejan sus responsabilidades. ¡Las he visto trabajando y me han despertado!

Cuando el hombre apoya a la mujer, ella acepta y todo es maravilloso. No le estamos haciendo un favor, es el respeto a un derecho universal y sagrado.

Ellas conducen a los hijos a lo mejor, sus prácticas han sido verdaderamente llenas de sustancia. Rescato una estrofa de uno de mis escritos que salen del corazón.

ACTO DE AMOR II:

Y así unidos en trance del pecar,
Ya flácidos estáticos y mudos
Nos sorprende en bello despertar,
Débiles, exhaustos y confusos.
La mujer con su fino proceder me hace vibrar.