No nos hemos recuperado de la crisis en medio de tantas experiencias que ha tenido que soportar la humanidad provocadas por la pandemia del Coronavirus, el dolor profundo de la muerte de familiares y seres queridos el impacto negativo con la desocupación laboral y la crisis económica a nivel mundial. Todo lo anterior como decían los abuelos un “caldo de cultivo perfecto” para afectar por igual la salud mental, la sana convivencia y el estado emocional de los seres humanos.

En un articulo que publiqué en mi obra, Al viento y Al azar y que titulo: El Mágico Aforismo para combatir la crisis económica, alli hago alusión a las consecuencias de la gran depresión de 1929. Y textualmente afirmo: En aquellos nefastos días de crisis que sufrieron nuestros padres, muchos magnates, especialmente aquellos que estaban en posesión de grandes fortunas, aplicaron el mágico aforismo que solamente podrían calificarlo los jerarcas de la económia, y juzgar si su utilización fuera benéfica para la sociedad, para el pueblo o para ellos nada más: “Comprar cuando todo el mundo vende y vender cuando todo el mundo compra”. Esto no la consideré una panacea para una crisis en cuidados intensivos. Por lo contrario agregue: Tenemos la esperanza de que todos los países sólidos hasta el momento de la catástrofe unan sus fuerzas con energía para conjugar el pánico que padece el mundo en estos momentos, como si estuviéramos frente a la peste negra que diezmo la mitad de la población de Europa en el siglo XIV.

Comenzando el 2022 el futuro del mundo esta en entredicho. Pienso que lo más importante es resolver el tema de la salud y luego sí abordar los otros problemas igualmente complejos. Estamos llenos de apetitos que uno debe suplir para buscar salidas.

Nada obtenemos alrededor de: El pánico, los temores, la desinformación y la incredulidad todo sobre la mesa que nos conducirán solo al abismo.

En éste nuevo año nuestro país asume una gran responsabilidad alrededor de las elecciones presidenciales y de miembros del Congreso de la Republica y tenemos la gran oportunidad de saber elegir y a la vez de demostrar que por más dificultades hay caminos correctos y salidas con futuro.

Es mejor inclinarnos por lo bueno, la bondad, la inmediatez por todas las cosas que hacen la vida mejor. Es necesario adoptar como patrón la esperanza porque de lo malo que hay en la vida y de lo bueno que hay tambien, yo siempre me iré por lo bueno. El rio fecundo y las cosas positivas están listas ahí puestas en el camino para hacerlas rendir lo mejor posible.

En Colombia una vez el huracán de la crisis de salud pública doble la esquina, debemos concentrados en invertir en educación de nuestro pueblo, muchas comunidades están desprotegidas sin acceso a las aulas. La educacion de una sociedad marca la vanguardia y los estados y los gobiernos no pueden hacerse los de la vista gorda y convertir nuestro futuro en papillas.

No importan los retrocesos causados por factores internos o externos. Solo queda el camino de lo último que se pierde …la esperanza.