La única constante que hay en la vida es el cambio. Cambian las ideas, los entornos, las personas, los conceptos. Cambia la manera de hacer las cosas, de ofrecer productos, de interrelacionarnos y de cobrar por los servicios que nos ofrecen o que ofrecemos. Cambia todo, incluido nuestro cuerpo.
Y cuando se presenta la incertidumbre dentro de dicha constante se requiere que aparezca la figura del líder.
Está comprobado que en los momentos de crisis es cuando se revelan y se manifiestan las capacidades y competencias de liderazgo.
El verdadero líder es quien a pesar de los obstáculos y las dificultades que se le presentan es capaz de hacer realidad una frase de cajón: 'que las crisis siempre son oportunidades'.