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En tu recorrido por la universidad conocerás personas extrovertidas, introvertidas, la chica popular, el deportista, los nerd, los frikis, los fashionistas, en fin un sinnúmero de personalidades a las que debes adaptarte y respetar, pero esto no quiere decir que para encajar en un determinado grupo tengas que fingir ser alguien que en realidad no eres.

La psicóloga Johana Acuña explica que este comportamiento es muy normal entre los jóvenes que recién ingresan en una institución de educación superior, naturalmente lo pueden hacer en el colegio, pero en la universidad se ve más marcado esta conducta debido a que buscan ser aceptados en determinados grupos con los que se sienten identificados, ya sea por edad o por querer obtener un status.

Con el paso del tiempo los jóvenes ya se van mostrando más auténticos, pero de persistir este comportamiento se ve marcado un fuerte rasgo de inseguridad y bajo autoestima, argumentado en el temor al rechazo y 'no ser nadie', explica Acuña.

En alguna oportunidad de tu vida has podido mostrarte con una personalidad que no te caracteriza y lo haces solo por encajar en un grupo o por agradarle a alguien, este tipo de actitudes a la larga terminan haciéndote sentir mal porque no te estás mostrando como eres realmente. Recuerda que las personas que te quieren de verdad te aceptarán tal cual con tus virtudes y defectos.

Esther Solano recuerda que durante su paso por la universidad intentó caerles bien a todos, se mostraba como una chica que se le medía a todos los planes y esto la hacía verse interesante ante el resto de sus compañeros.

Sus familiares siempre le preguntaban la razón por la que siempre salía tanto los fines de semana y que tuviese en cuenta que el dinero que gastaba podría emplearlo en sus necesidades académicas. Esther hizo caso omiso a las recomendaciones de sus padres y seguía en plan de complacer a sus amigos.

Llegó a un punto en el que le pedía a su novio dinero para poder salir con sus amigas, pero le decía mentiras. 'Siempre le decía que necesitaba plata para materiales de las clase, pero en realidad todo era mentira, quería aparentar con los del grupo que tenía facilidades económicas'.

Sus padres ya estaban colmados del comportamiento de Esther y le pidieron que les mostrara sus calificaciones, la sorpresa que se llevaron fue desagradable al descubrir que no tenía muy buenas notas y que tenía tres materias por debajo del promedio para aprobar.

En vista de aquella situación le advirtieron que si llegaba a perder por lo menos una sola materia no le pagarían la matrícula del siguiente semestre. Cuando dejó de salir con quienes consideraba sus amigos y les comentó lo que le estaba sucediendo, estos se alejaron poco a poco de ella, la dejaron de invitar a discotecas y a las reuniones que organizaban, desde ese entonces se dio cuenta que no podía seguir aparentando ser alguien que no era y optó por seguir las recomendaciones de sus papás obteniendo mejores calificaciones y haciendo nuevos amigos.

Aunque esta historia no tuvo el final trágico de una telenovela, fue una experiencia que le sirvió a Esther para entender que es mejor ser honesto consigo mismo, esta y muchas vivencias puedes experimentar en tu paso por la U, pero recuerda siempre mantenerte fiel a tus convicciones siempre y cuando no afecten a los demás. ¡No temas a mostrarte tal y como eres!
Acuña explica que en la mayoría de casos en los que los jóvenes intentan aparentan alguien que no son, lo hacen basándose en personajes de ficción o tratan de imitar a personajes que ven en las redes sociales que llevan un estilo de vida considerado como ‘cool’ o interesante por la mayoría.