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Cuando nos encontramos cara a cara con esas personas y observamos su desempeño pensamos que tienen un gran talento. Y entonces, cabe otra pregunta: ¿Realmente es así?, ¿sólo unas pocas personas poseen ese talento?

Para profundizar este tema, Ilene Daza, experta consultora en formación y desarrollo estratégico, nos remite a Anders Ericsson, investigador, profesor de psicología y reconocido experto en el desarrollo de habilidades. Según ella, Ericsson ha observado, entrevistado y sometido a distintas pruebas a personas con capacidades excepcionales. Las ha estudiado durante más de 30 años y ha concluido que, efectivamente tienen un don extraordinario, pero advierte que todo se debe a la capacidad de desarrollar su talento y convertirlo en una alta competencia.

Para Ericsson, el talento no es una propiedad innata sino aprendida. Por eso, cuando analizamos el talento y la alta competencia, la primera reflexión es que no hay genialidad sin esfuerzo. Porque, en buena parte, la genialidad es precisamente la capacidad de esforzarse. Por ejemplo, cuando le preguntaron a Newton cómo desarrollaba sus teorías, respondió: 'pensando en ello de día y de noche'.

Como resultado de sus investigaciones, Ericsson asegura que la maestría se alcanza con la práctica, pero no con cualquier tipo de práctica sino con un entrenamiento deliberado, ya sea a través de un entrenador o de manera individual. 

Jorge Torres Quilez, profesor de Economía Financiera en la Universidad de Zaragoza, explica: