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Crear un curriculum no es simplemente tomar un par de hojas en blanco y colocar la información que nos parezca pertinente. Es en realidad el resumen de nuestras acciones trazadas a lo largo de estudios y experiencias en diferentes empresas, pasando por detalles relevantes de nuestra vida personal y de logros conseguidos en el desempeño de un cargo.

En este sentido, la hoja de vida no se hace en 15, 30 o 60 minutos. Se construye durante el desarrollo de la vida, participando en acciones de formación, proyectos, asumiendo responsabilidades y alcanzando logros destacados.

De tal forma que si lo que buscamos es tener una hoja de vida nutrida e interesante, lo primero que hay que hacer es movilizarse frente a las posibilidades y experiencias que ofrece el mercado académico.

Por otro lado, es importante que podamos enmarcar las actividades que realizamos como cursos, diplomados o proyectos dentro de una o dos líneas de interés. Así, evidenciamos el sentido de las acciones que realizamos dentro de nuestra materia o profesión y no solamente un cumulo de cursos de toda índole que lo único que muestra es la falta de foco de nuestro perfil profesional.

Y si estás trabajando actualmente, es importante que seas proactivo a la hora de participar en nuevos proyectos que surjan en la empresa, buscando desarrollar competencias o conocimientos, visibilizando tus hobbies en la medida en que sean iniciativas que aporten beneficio a una comunidad.

Como dato adicional, no se pueden descuidar otros detalles a la hora de elaborar la hoja de vida, y que se refieren a una ortografía impecable, pues una falla en este sentido demuestra falta de atención y desorden.

Incluir ventajas competitivas que nos hacen diferentes respecto de otros candidatos con habilidades similares es vital para llamar la atención de los empleadores.

Para Carolina Correa, de Amrop Top Management, lo que primero miran los reclutadores en una hoja de vida son los trabajos más recientes que ha tenido la persona y su experiencia en general.