'Nuestra actitud, nuestra disciplina, nuestra solidaridad, nuestro compromiso, pueden salvar vidas', con esta frase el presidente Iván Duque pide diariamente desde hace ocho días que nos quedemos en casa para evitar que se propague el virus.
Ese es el objetivo de la cuarentena adoptada por el Gobierno Nacional en el marco de la emergencia por la pandemia del COVID-19, salvar vidas y mantener la resiliencia social y económica del país.
Hay que agradecer a los médicos, enfermeras y demás trabajadores de la salud que están dando sus vidas por la salud de todos nosotros. Igualmente, a los miembros de la Fuerza Pública, los soldados y policías que están prestando servicio logístico, que están preparando unidades, alistando camas y trabajando en los preparativos de la atención médica.
También a los funcionarios públicos que en medio de todas esas dificultades están trabajando por todos nosotros con toda la determinación para garantizar los servicios sociales, así como a las personas que trabajan en servicios esenciales para poder atravesar esta cuarentena.
El agradecimiento también hay que dárselo a los campesinos del país, esas personas que se esfuerzan todos los días y están trabajando para mantener la cadena de abastecimiento para que en esta cuarentena no falte el alimento en nuestras casas.
Pero es nuestro comportamiento el que hace la diferencia. Sabemos que debemos estar en casa, y lavarnos las manos de manera permanente, evitar darnos besos, abrazos, tocarnos la cara, proteger a los abuelos, darles nuestro afecto con la debida distancia.
Los jóvenes y niños deben estar en casa, cumplir con sus labores académicas desde la virtualidad.
Es un momento trascendental para nuestras vidas, son 19 días confinados en casa, pero como lo dijo Duque, 'nunca en la historia de nuestro país habíamos tenido una cuarentena nacional'.
Las administraciones Distrital, Departamental y Nacional están trabajando pensando en todos, pero principalmente en los más vulnerables, en aquellos que necesitan tener sus ingresos y tener comida en sus casas, pero viven del día a día.
Necesitamos más disciplina para lograr aplanar la curva de la propagación y evitar el aumento de contagio en la población barranquillera. Quédate en casa. Cuida al otro.