El departamento del Atlántico posee escenarios naturales aptos para la conservación e ideales para su contemplación que incluyen cinco áreas protegidas con una extensión de 7.063 hectáreas de bosque seco tropical, 5 especiales endémicas, 32 especies de flora, 141 de fauna vertebrada y 108 especies de fauna invertebrada.El ecoturismo prioriza la conservación de los sistemas y genera beneficios en las comunidades locales, se diferencia de otro tipo de turismo, porque además de buscar el disfrute de los espacios ofrece un componente de fortalecimiento comunitario y territorial.
Jesús León Insignares, director de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico, CRA, señala que las actividades permitidas en la zona son las de Educación Ambiental e investigación, actividades de ecoturismo, como caminatas, camping, observaciones paisajística y ecológica, previas recomendaciones y orientaciones por parte de la CRA; senderos
ecológicos, que deben ser exclusivamente de uso peatonal e interpretativo
Luriza
En el municipio de Usiacurí, fue la primera en ser declarada Area Protegida en el año 2011, con un área de 837,17 hectáreas que corresponden al gran Bioma de Bosque Seco Tropical, ubicado en la cuenca alta del arroyo Luriza, siendo uno de los mejores relictos de bosque seco del Atlántico, en donde se encuentran especies de árboles típicos de este ecosistema gravemente amenazado como Carreto, Caracolí, Ceiba blanca, Ceiba roja, Indio encuero y bejucos.
Ofrece hábitats para especies de fauna típicas de Bosque seco, así como especies endémicas y con rango de distribución restringido como la guacharaca endémica del Caribe colombiano, así como algunas casi endémicas que comparten su área entre el Caribe de Colombia y Venezuela, como el tiranuelo diminuto y el chamicero bigotudo.
De igual forma la tortuga morrocoy, críticamente amenazada a nivel nacional y especies que tradicionalmente han sido muy perseguidas para consumo humano, como es el caso de ñeques, guartinajas, venados, Zainos, los zorros y chuchas
El Parque Natural Regional Los Rosales
En Luruaco, con 1503.5 hectáreas fue la segunda área protegida declarada por la C.R.A y cumple con una importante función ecológica, además de ser refugio de las especies de animales y plantas más características de la región.
Su declaratoria comenzó a través de un convenio de compensación forestal en el año 2009 entre Interconexión Eléctrica S.A E.S.P (ISA) -CRA y The Nature Conservancy (TNC), donde se elaboró el proyecto 'Creación de un área protegida pública de orden regional en el suroccidente del Departamento del Atlántico', cuyo objeto de conservación son principalmente el bosque seco y el Titi Cabeciblanco (Saguinus oedipus), que se ha convertido en una especie sombrilla para la conservación de la diversidad de los bosques secos tropicales, ya que éstos son su único hábitat.
La reserva Forestal Protectora El Palomar
Con 772 hectáreas, ubicada en el municipio de Piojó es la primera reserva forestal y la tercera área protegida en el departamento.
En El Palomar, se encuentran especies de plantas consideradas dentro de las categorías de amenaza de Colombia, con once especies registradas con algún nivel de riesgo y sobre las cuales debe existir prioridad de conservación, como son el caracolí, carreto, lata, calabacillo, guayacán, macondo, palma de corozo, algarrobo, laurel, ceiba roja y palma amarga. También se registraron tres especies con rango restringido: La Guacharaca caribeña, endémica del Caribe colombiano, el carpinterito canelo y el Chamicero bigotudo.
Entre las especies de fauna registradas y que se encuentran amenazadas está el Venado Cauquero, altamente perseguido para consumo de su carne, lo que ha conllevado a su desaparecido y los individuos que aún se encuentran son considerados como relictuales. En este mismo Apéndice, se encuentra el mico tití. Se encuentran los felinos (Leopardus pardalis y Puma yagouaroundi), los cuales históricamente han sido perseguidos para mascotas y para comercializar sus pieles (en especial el tigrillo). También otras especies como el perezoso, los micos, y el zorro perruno. Esta última, presenta gran presión de cacería por parte del hombre debido a que es considerada como dañina.
El Distrito Regional de Manejo Integrado Palmar del Tití (Luruaco)
Conformado por una superficie de 2.622 hectáreas, entre los municipios de Luruaco y Piojó, Atlántico, se convirtió en la cuarta área protegida de esta zona del país.
Está compuesto por 47 predios y colinda al occidente con el Parque Natural Regional Los Rosales, al oriente con un tramo de la Troncal Vial Hibacharo – Palmar de Candelaria, al sur oriente con el centro poblado del corregimiento de San Juan de Tocagua y la Laguna de San Juan de Tocagua; al norte con la Ciénaga del Totumo y al sur con un tramo de la Troncal Vial del Caribe.
El tití cabeciblanco, se ha convertido en una especie sombrilla para la conservación de la diversidad de los bosques secos tropicales, ya que éstos son su único hábitat, por lo cual se han generado alianzas con el Instituto Alexander Von Humboldt, Fundación Ecosistemas Secos de Colombia, Fundación Proyecto Titi, Parques Nacionales y el departamento de Bolívar, fundamental para lograr este propósito de ampliar las áreas de conservación para la restauración del ecosistema y de la especie.
Banco Totumo Bijibana (BTB)
Con un área de 1528,9 hectáreas, corresponde a Bosque Seco Tropical en proceso de sucesión, con posibilidad de conexión con sistemas de Bolívar (SFF Los Colorados) (Plan de compensación 2016), posee especies endémicas del bosque seco y especies amenazadas, además de proveer servicios ecosistémicos que los mismos pobladores identifican
como riqueza local natural.
Al declarar Banco Totumo Bijibana bajo la categoría de Distrito Regional de Manejo Integrado, la Corporación se trazó el objetivo de lograr no solo lograr la permanencia de especies focales para el bosque seco del Departamento, sino también ser un corredor y resguardo faunístico que posibilite el flujo genético entre los parches que aún se mantienen a escala regional.
La biodiversidad de estas coberturas constituye un bien en sí mismo, las especies tanto animales como vegetales que se encuentran en estos hábitats pueden dar origen a nuevos productos farmacéuticos y ser fuente de nuevos recursos genéticos y productos forestales no maderables como resinas, frutas, juncos y hongos.
Los remanentes de bosques secos también han sido identificados como áreas claves para futuras actividades por su gran potencial para la conservación de las aves migratorias, ya que, por su localización geográfica, estas islas de hábitats naturales son puntos estratégicos de estación y refugio en el viaje migratorio hacia los Andes o hacia el oriente del continente.